A bordo del buque científico ARC Simón Bolívar de la Armada de Colombia, el equipo de la Expedición Antártica estudia la mayor amenaza para los océanos: los desechos provenientes de los plásticos que terminan siendo el mayor contaminante en los ecosistemas marinos.
La acumulación de plásticos es solo una de las principales causas de este mal, que atraganta hasta la muerte a la vida marina y del que no escapa la Antártica.
Más de 500 millones de toneladas de plástico producidas anualmente en el mundo están dejando su huella en todos los océanos que terminan juntos en la corriente Antártica.
El uso desmedido e inconsciente de bolsas, botellas, textiles, cigarrillos, cosméticos y otros tantos productos terminan generando partículas de basura que invaden las aguas de una forma muy particular con los dañinos microplásticos.
Pablo Tigreros, biólogo marino, fue enviado por parte de la Universidad Jorge Tadeo Lozano al equipo de Expedición Antártica para recolectar muestras de organismos en el mar a través de una red tipo manta, que se arrastra por el agua para identificar si hay presencia de microplásticos, la cantidad y su composición química, que terminará dando respuestas a su nivel de peligro para las especies.