La vida y obra del maestro Fernando Botero
es admirada por curadores y críticos en todo el mundo. Por medio de sus esculturas y pinturas, el artista mostró su visión de la realidad humana.
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La creatividad de Botero durante sus años de trabajo produjo cientos de obras donde las figuras de amplias dimensiones eran las protagonistas.
"Botero nos presenta, aprovechando esos aprendizajes del arte antiguo, una realidad exaltada, aumentada, celebrar la realidad en la cotidianidad", explicó Camilo Castaño, curador del Museo de Antioquia.
Para el experto, los principios de sus obras tienen aspiraciones tan monumentales y volumétricas que logran llamar la atención de muchos.
Con piezas como ´El pajaro´, ´El busto´, ´La mano tendida al cielo´, ´El gato´, y ´El caballero´, Botero logró moldear en bronce y belleza una crítica a muchos de los estándares concebidos desde hace siglos.
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Eugenio Viola, critico de arte y curador Museo de Arte Moderno de Bogotá, destacó que esa aparente mirada cosmética a la figura contrasta con los cánones de belleza de muchos años, una discusión que llegó incluso a cementar un concepto como el boterismo.
Con su trabajo, el antioqueño también logró llamar la atención de millones de personas, quienes veían en sus obras un reflejo de la sociedad.
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"Utilizaba el dibujo como una herramienta crítica para investigar y cuestionar el mundo circunstante", argumentó Viola.
Uno de los trabajos que más tocó el alma del escultor fue un retrato que hizo en la memoria de su hijo Pedro , quien perdió la vida en un medio de un trágico accidente en España.
Dentro del Museo de Antioquia reposa la obra de 1974 pintada justo después de la tragedia.
Con su lenguaje visual diferente, Fernando Botero logró dejar huella en el mundo, el cual hoy lo recuerda como uno de los gigantes del arte.