Busqué a Macondo por fuera de las páginas de 'Cien años de soledad'. Aunque Gabriel García Márquez dijo que es un lugar de la imaginación, José Arcadio Buendía, su fundador, dio una serie de pistas para rastrearlo en el atlas de la realidad.
- Le puede interesar: Casas en ruinas de la literatura colombiana
El patriarca de la novela sabía que al oriente estaba la sierra, porque por allí habían llegado; que al otro lado de la sierra estaba Riohacha; que al sur estaban los pantanos y la ciénaga grande, y presumía que al norte estaba la civilización hasta que descubrió que Macondo estaba rodeada de agua por todas partes.
El nombre del pueblo, revela Gabo en 'Vivir para contarla', le sonaba desde niño porque lo había visto escrito en la puerta de entrada de una finca. Pero fue de grande, cuando acompañó a su madre Luisa Santiaga a vender la casa de Aracataca, cuando supo que ese sería el nombre del pueblo de su historia.
El tren hizo una parada en una estación sin pueblo, y poco después pasó frente a la única finca bananera del camino que tenía el nombre escrito en el portal: Macondo. Esta palabra me había llamado la atención desde los primeros viajes con mi abuelo, pero sólo de adulto descubrí que me gustaba por su resonancia poética.
Publicidad
Buscando la finca encontré una vereda llamada Macondo, en el municipio Zona Bananera, a cuarenta minutos de Aracataca, muy cerca de las enormes casas de la United Fruit Company, que aún se mantienen en pie. ¿Pero es el mismo Macondo de 'Cien años de soledad', o es solamente un nombre prestado para convertirlo en el pueblo de la historia?
- Lea también: El hijo mayor de Gabo recordó cómo fue hacer el libro sobre los últimos días de sus padres
Fabián Sierra es un habitante de Macondo que guarda entre sus papeles el mapa original del pueblo (ver foto principal del artículo), y lo describe como si fuera el mismo José Arcadio hablando del Macondo de la ficción.
Publicidad
Estamos ubicados en Macondo. Al oriente tenemos la Sierra Nevada y de aquí de la sierra tenemos lo que es La Guajira. Al norte tenemos a Santa Marta y de este lado tenemos todo lo que son los pantanos.
El río Sevilla, que colinda con la vereda, es sorprendentemente parecido al río que describe Gabo en la novela, con sus “piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos."
El pueblo que aparece en el mapa de la geografía tiene cincuenta y cinco casas construidas por la compañía bananera como vivienda de los trabajadores. La única casa que hace falta en ese lugar es la de los Buendía, porque fue trasladada imaginariamente desde Aracataca.
Era el hogar de los abuelos maternos de Gabo, con quienes vivió hasta los ocho años, y del que tomó los planos para levantar la casa imaginaria de los Buendía. El taller de orfebrería, el corredor de las begonias, el patio con el árbol enorme, el rincón de los trastos y el cuarto de los guajiros son calcados en la novela de los espacios de la morada de la realidad.
Publicidad
Eso explica las múltiples voces que dicen que Macondo es Aracataca, aunque hay muchos que disienten de esa teoría. El historiador Guillermo Henríquez sostuvo hasta el último día de su vida que Macondo es Ciénaga, porque las huellas vitales de la novela son parte de su historia. Los escenarios centrales de la Guerra de los Mil Días y de la masacre de las bananeras tienen como escenario ese municipio del Magdalena.
Para el historiador, hasta la presencia de la primera fábrica de hielo en Ciénaga da cuenta de cómo ese municipio alimentó la creación de Macondo, hasta el punto de que dio al autor la inspiración para el párrafo inicial de la novela.
Publicidad
Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.
Macondo está más lejos todavía para otro historiador colombiano. El profesor Isidro Álvarez cree que el municipio de Sucre, donde vivieron los García Márquez durante la adolescencia de Gabo, es lo más parecido al pueblo de la novela porque está rodeado de agua por todas partes.
Sucre y La Mojana es un mundo de agua, una geografía que revela la esencia primigenia de Macondo. Sucre es el lugar, no del Macondo imaginado, sino del pueblo pensado, para configurarse con toda su atmósfera, en el nicho novelado de Gabito.
Recogiendo los pasos de nuestro viaje por las páginas de 'Cien años de soledad' y por los territorios de la realidad, Macondo, la vereda que coincide geográficamente con las pistas que arroja José Arcadio, parece ser entonces el punto de llegada de varios trasteos.
Publicidad
Hasta allí llegaron los sitios emblemáticos de la historia en Ciénaga, la casa del coronel Nicolás Ricardo Márquez en Aracataca, las aguas de La Mojana en el municipio de Sucre, el Caribe entero y un país en busca de una segunda oportunidad sobre la tierra.
Otras historias de la literatura:
Publicidad