

Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Actualmente, es común escuchar el término ‘malcriada’ para describir a alguien que exhibe comportamientos problemáticos o desafiantes. Pero, ¿qué significa realmente y cómo se manifiestan estos rasgos en la vida adulta?
Según expertos en psicología y desarrollo infantil, las personas que fueron malcriadas durante su infancia pueden mostrar una serie de características distintivas que afectan sus relaciones y su desempeño en diversos ámbitos de la vida. Este fenómeno no solo es desde un punto de vista psicológico, sino que también tiene implicaciones profundas en cómo se interactúa y entiende a los demás en la vida cotidiana.
Uno de los rasgos más evidentes en las personas que fueron malcriadas es la falta de responsabilidad. La psicóloga infantil, Dra. Laura Markham, señala que estos individuos a menudo evitan asumir la culpa por sus acciones y buscan culpar a otros por sus errores. Esta actitud puede llevar a problemas en el trabajo y en las relaciones personales, ya que la responsabilidad es una cualidad valorada en casi todos los aspectos de la vida.
El psicólogo clínico, Dr. John Gottman, explica que las personas malcriadas tienden a tener dificultades para manejar el estrés y la frustración. Esto se debe a que, durante su infancia, no aprendieron a lidiar con la decepción de manera constructiva. En lugar de enfrentar los desafíos, pueden reaccionar con ira o retirarse emocionalmente.
El comportamiento egocéntrico es una característica destacada en aquellos que fueron malcriadas. La terapeuta familiar, Dra. Jane Nelsen, menciona que estos individuos suelen poner sus propias necesidades y deseos por encima de los de los demás.
Este egocentrismo puede dificultar la formación de relaciones saludables y equilibradas, ya que la empatía y la consideración por los demás son esenciales para la convivencia armoniosa.
Las personas malcriadas a menudo tienen problemas para establecer y respetar límites. Según el psicólogo Dr. Henry Cloud, esto se debe a que no se les enseñó la importancia de los límites durante su desarrollo.
Publicidad
Como resultado, pueden tener dificultades para decir "no" y para respetar los límites de los demás, lo que puede llevar a conflictos interpersonales y a una sensación de agotamiento emocional.
La terapia psicológica es una herramienta eficaz para abordar los rasgos negativos asociados con una crianza malcriada. La Dra. Pérez recomienda la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a identificar y modificar patrones de pensamiento y comportamiento disfuncionales. Puede ser especialmente útil para desarrollar empatía, autocontrol y habilidades de comunicación.
Publicidad
A su vez, el desarrollo de habilidades sociales es esencial para mejorar las relaciones interpersonales. Expertos sugieren participar en talleres y grupos de apoyo que fomenten la empatía, la escucha activa y la resolución de conflictos.
También aconsejan establecer metas personales y trabajar en la toma de decisiones autónomas. Aprender a confiar en uno mismo y en sus capacidades puede fortalecer la autoestima y reducir la necesidad de aprobación externa.