Para quienes aman a los animales, una sola mascota no es suficiente, pero antes de hacer que crezca la familia multiespecie es necesario prepararse.
“Si tenemos ya un animal de compañía en casa y queremos adoptar otro, lo primero que debemos hacer es revisar el temperamento del animal que ya está en casa para poder estar seguros que no vamos a tener ningún problema”, dice Carolina Alaguna, médica veterinaria etóloga.
Alaguna habla, por ejemplo, de los que se debe considerar cuando llega un segundo perro a casa.
“Si vamos a traer un cachorro y nosotros tenemos un perro adulto, que ya es viejito, pues debemos tener en cuenta que él ya no va a tener la misma energía para aguantar el mismo juego y la actividad física de un cachorrito”, afirma.
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Los adorables cachorritos no necesitan ningún esfuerzo para conquistar el corazón de las personas. Además, como están en proceso de aprendizaje, necesitan más cuidados y atención.
“Los adultos pueden sentirse desplazados, cuando el cachorrito tiene demasiada atención. Hay que tratar de darle su espacio, mucho cariño, y empezar a relacionarlo en positivo con el otro perrito”, anota la médica veterinaria.
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Una buena estrategia es siempre saludar, felicitar, premiar y servir los alimentos al perrito que ya estaba en casa. Y, en un segundo turno, hacerlo con el nuevo.
También hay que tener en cuenta que cada uno necesitará sus espacios, juguetes cama y otros elementos. Esto hará que no se genere conflicto por territorio e implementos.
En el caso de los gatos, si hay uno en casa y se adopta un perro, “lo ideal es tenerle mucho enriquecimiento ambiental al gato, rutas de escape donde pueda subirse”.
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Pero si es el gato quien llega a la casa de un perro, el vínculo con el perro tiene que ser estrecho y los comandos claros, para evitar que el perro vea al gato como presa y lo ataque.
¿Y qué si llega un gato a la casa de otro minino?
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“La manera correcta como debemos socializar a los gatos es inicialmente llevando el gato nuevo a un sitio apartado de la casa, puede ser un cuarto donde tenga comida, camita, juguetes, arenera, y al gato que ya estaba en casa hay que dejarlo estar en el resto de la casa”, señala Alaguna.
“Si vemos que debajo de la puerta meten sus patitas, juegan, no se bufan, están tranquilos, pues podemos pasar a poner una malla donde ellos se puedan ver y puedan interactuar”, agrega.
Su comportamiento mostrará cuándo es el momento adecuado para que puedan comenzar a disfrutar de su convivencia.