Durante más de tres décadas, Brigitte Baptiste
luchó por su propia identidad. Nunca pensó que estaba en un cuerpo equivocado, pero sentía que el resto del mundo no le dejaba hacer lo que deseaba, imponiéndole cosas con las que no sentía afinidad. “Había una censura permanente a mi feminidad y las expresiones de mi feminidad”, aseguró en entrevista con Pablo Arango.
Cuando conoció a su esposa, Adriana, lo primero que le comentó era que estaba en un proceso de transformación y que eventualmente su cuerpo iría cambiando, pero entendieron que nadie sabe quién va a ser el otro al día siguiente, así que lo tomaron a modo de broma y lo aceptaron.
“Tardé 35 años en ser capaz de pararme, mirarme al espejo y mirar a los demás y decir ‘soy Brigitte’. Mis hijas me conocen como Brigitte desde que nacieron”, comentó. Pese a esto, decidió conservar en su identidad como mujer el nombre que sus padres le dieron de nacimiento, Brigitte Luis Guillermo Baptiste Ballera.
La rectora de la Universidad EAN está próxima a pensionarse, pero por ahora sus planes son seguir trabajando para promover la comprensión de lo que significa vivir en un país diverso, en todo el territorio, desde su profesión como bióloga y de la mano de Adriana, que es profesional en estudios literarios y que “tiene una idea de educación y promoción de la diversidad similar”.