El estrés es una reacción del organismo ante situaciones que percibe como amenazantes o desafiantes. Los perros pueden sufrirlo por cambios en el entorno, falta de ejercicio, ruidos fuertes, soledad, enfermedades o maltrato. Esto puede afectar la salud y el comportamiento de los caninos, por lo que es importante identificarlo y aliviarlo.
Algunos signos de que un perro está estresado son:
- Lamerse o morderse las patas, la cola o el cuerpo de forma compulsiva.
- Temblar, jadear, bostezar o segregar salivar más de lo normal.
- Esconderse, huir o mostrar sumisión.
- Ladrar, gruñir o mostrar agresividad.
- Destruir objetos, hacer sus necesidades en lugares inadecuados o perder el apetito.
- Mostrar cambios en el pelaje, la piel o los ojos.
Si observa alguno de estos signos en su perro, debe consultar con un veterinario para descartar posibles problemas de salud. También es necesario averiguar la causa del estrés y tratar de eliminarla o reducirla.
Algunas formas de ayudar a su perro a relajarse son las siguientes:
- Ofrecerle un espacio seguro y cómodo donde pueda descansar y sentirse protegido.
- Darle juguetes y actividades que estimulen su mente y su cuerpo.
- Proporcionarle una rutina estable y predecible que le dé seguridad y confianza.
- Evitar exponerlo a situaciones que le generen ansiedad o miedo.
- Reforzar su vínculo afectivo con caricias, palabras y premios.
- Recurrir a terapias naturales como la aromaterapia, la musicoterapia o el masaje canino.