A través del entrenamiento y la educación canina, quienes tienen perros buscan bienestar y calidad de vida para ellos. Sin embargo, para esto es importante identificar cuál es el nivel de energía de cada perro, pues esta puede ser alta, media o baja.
“No hay perros problema, todos los perros nacen perfectos y no hay ninguna distinción entre sexo, raza o edad. El tema es qué tanto tiempo y qué tan dispuestos estamos nosotros como dueños de ayudarle a nuestros perros a salir adelante”, señaló Mauricio Páez, entrenador canino.
Si en su hogar están ocurriendo daños, entre otras cosas, lo más probable es que su amigo de cuatro patas tenga un nivel de energía superior y usted no ha sabido cómo encaminarla.
“Los podemos categorizar y saber cómo son simplemente por su función en una manada. Los perros de energía baja son los perros que son inseguros, son los perros que avisan si hay un peligro, los perros de energía media son los que están solucionando todos los problemas, son como bacán del barrio, que son los que hacen que los de alta energía y los de media puedan llevarse juntos, y están los perros de alta energía, que son los perros que están dispuestos a cumplir un trabajo durante muchísimo tiempo, son perros que son guerreros y resistentes”, explicó Páez.
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Y aunque todos los perritos necesitan rutinas de ejercicio y aprendizaje, para los de energía alta sí que es cierto, no solo para que no hagan estragos en casa, sino para que se sean perros equilibrados y tengan interacciones exitosas con otros caninos y humanos. Esa es realmente la importancia del entrenamiento en estos seres de cuatro patas.
“Aquí el tema de verdad es que el adiestramiento tiene que ser algo útil, no tiene que volverse algo de circo. Tiene que permitirnos es tener ese tipo de libertad, que el perro sepa que hay alguien a cargo y que tiene las herramientas para hacerse cargo. Nosotros creemos que cualquier tipo de trabajo o de perro puede ser encaminado y tener una vida armoniosa con su familia”, agregó el entrenador.
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Y para eso, algunos consejos que serán de gran utilidad en el día a día con su perrito.
“Establezcan un canal de comunicación, en la medida de lo posible, monosílabo: no, yes, bien, break, palabras que sean fácil de retener para la mente del perrito”, indicó.
Y enséñele, pues los perros siempre quieren complacer a su líder y los divierte, pero además las sesiones de aprendizaje les exigen tanto que equivalen a una jornada de ejercicio físico; también ayuda a que su cerebro se mantenga activo y el paso de los años haga menos estragos en él.
“La estimulación mental son tareas sencillas que pueda llevar a cabo superfácil. Si su perro tiene talento para buscar las cosas, estimúlelo mentalmente escondiéndole la comida; si su perro se está muriendo por moverse, enséñale a sentarse, enséñele a acostarse; si su perro es un animal que de verdad se muere por morder, enséñesele a morder y a soltar. Jugar con el perro es estimulación mental, de hecho, la simulación mental más que la estimulación física es lo que sella el pacto entre las dos especies”, aseguró el entrenador.
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Páez puntualizó que, “finalmente, lo mejor que se puede hacer por los animales es honrar el hecho de que sean animales, entenderlos desde el punto de vista animal y dejarlos ser lo que ellos nacieron para ser: libres”.