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El buque científico Simón Bolívar inició sus jornadas de investigación y rastreo en la península del continente blanco. La cooperación internacional entre Colombia, Ecuador será vital para llevar adelante la Expedición Antártica.
“Después de la tormenta llega la calma”, esa es la premisa clara de lo que sucede una vez se atraviesa el paso Drake.
Llegar a la Antártica es deslumbrarse con la inmensidad de lo que pareciera ser otro planeta, encontrarse con el ruido del silencio absoluto, con el paisaje que se tiñe de blanco y gris, sentir los copos de nieve en el rostro y maravillarse con lo más puro del ecosistema.
Antártica es la tierra de todos y de nadie, pues en medio de la inmensidad se alcanzan a observar contenedores hechos hogar, lo más cercano a los suburbios en la ciudad.
Sin embargo, en la Expedición Antártica, estos contenedores se tratan de estaciones científicas, la arteria que conecta al corazón del planeta con la curiosidad innata de los humanos.
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El equipo de Noticias Caracol llegó a la estación Pedro Vicente Maldonado de Ecuador, ubicada en la isla Greenwich y primera que se visita para dar inicio a la décima Expedición Antártica.
Para llegar desde el buque ARC Simón Bolívar el traslado es en bote, por grupos que deben cumplir un protocolo estricto una vez se pise tierra. El desembarque es cuestión de suerte o recursividad.
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