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Así es la titánica labor para reparar a los animales víctimas de maltrato en Colombia

Hace 14 años nació en Medellín la Fundación Manejo Humanitario, que poco a poco ha ido llegando a más territorios en esa ardua tarea de sanar las almas rotas.

Muchas veces es más difícil reparar el corazón que reparar un estado físico y esto sí que lo saben aquellos que velan por animales víctimas de maltrato, una labor titánica que han asumido fundaciones como Manejo Humanitario, en Medellín.

“A Magia la conocimos en nuestra última brigada de esterilización de Tasajera, en Magdalena. Cuando fuimos a tocarla era una perrita llena de miedos, de agresividad, llena de angustia”, cuenta Leidy Guerra, directora de la Fundación Manejo Humanitario.

Así, con el corazón roto, cada integrante de esta fundación trata de juntar los pedazos de alma partida de animales que, como Magia, han sido víctimas del maltrato, de la pobreza, de la indiferencia que mata.

Manejo Humanitario nació hace 14 años con el propósito de mejorar la calidad de vida de los animales con y sin hogar, y de sensibilizar a los humanos en tenencia responsable y en respeto por la vida.

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“Por rescates hemos logrado salvar y brindarle segundas oportunidades de vida más o menos a 5.000 animales y por medio de la esterilización a unos 70.000, porque nosotros tenemos la firme convicción de que esterilizar salva vidas”, dice Guerra.

Este proyecto que inició para impactar el entorno su ciudad, Medellín, poco a poco fue llegando a otros territorios, porque se dieron cuenta de que había lugares donde las realidades eran mucho más crudas, donde los animales eran menos reconocidos y por ende menos atendidos.

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“La brigada que más nos marcó como fundación fue la primera vez que fuimos a La Guajira. Fuimos en una época donde llevaban más o menos año de sequía. Nos tocaba ver a los animales literal muriendo de sed, llenábamos tazas con agua y los animales todos venían a tomar, se peleaban entre ellos, y una vez nos tocó ver una escena donde un niño llegó y le quitó la taza del agua al perro y él se la tomó”, relata.

Hasta estos territorios llega Manejo Humanitario, lugares donde la presencia estatal escasea y donde muchas veces ni siquiera hay un centro veterinario.

Y no solo trabajan por salvar perros y gatos, otras especies, como un burrito llamado Platero al que le fracturaron sus patas por no querer trabajar, tambien han sido rescatados del maltrato.

Tristemente Platero no sobrevivió a tantos años de maltrato, pero en sus últimos dias de vida, conoció la bondad y amor, ese sentimiento con el que pegan los pedazos de alma rota de animalitos como Magia, que hoy se deja abrazar y amar.

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“El mensaje es que promoviendo el cuidado y el respeto por los animales podremos ser cada día mejores seres humanos y con esto podríamos ser mejores con nuestros semejantes”, subraya la directora de la fundación.

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