El acoso escolar es un problema que ha persistido a lo largo del tiempo en las instituciones educativas y que afecta a millones de niñas, niños y adolescentes en todo el mundo. Solo en Colombia, entre 2020 y 2022, se registraron al menos 8.981 casos de acoso escolar. Para abordar este problema de manera efectiva, es crucial que los padres estén atentos a las posibles señales que puedan recibir de sus hijos. Esto les permitirá intervenir de manera inmediata si detectan que sus hijos están siendo víctimas de violencia y acoso escolar.
El acoso escolar, también conocido como bullying, se refiere a un patrón de comportamientos que implica maltrato físico o psicológico y que ocurre de manera repetitiva entre estudiantes. Este tipo de conducta puede manifestarse desde temprana edad, incluso en grupos de niños de 3 y 6 años. Por lo tanto, es fundamental identificar los primeros indicios que puedan señalar a alguien como víctima de bullying y no pasar por alto estas señales.
A menudo, las víctimas no pueden expresar lo que están experimentando y pueden sentir vergüenza o culpa, por lo que es esencial estar atentos y tomar medidas para prevenir y abordar el problema.
Conductas que evidencia que su hijo está recibiendo violencia y acoso escolar
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No asistir a clases
Los niños pueden inventar excusas para evitar ir a la escuela, evidenciando malestares que no se corroboran cuando se les lleva al médico. En esta situación, es importante fomentar la comunicación y la confianza con el niño para que se sienta cómodo expresando las razones detrás de su negación por asistir al colegio. Invítelo a hablar abiertamente sobre lo que le incomoda o por qué se siente incómodo, creando un espacio seguro para la expresión de sus sentimientos.
Alteraciones en su conducta
Estos cambios en su comportamiento son progresivos y gradualmente afectan su personalidad. Comienza a retraerse, evitando conversar con sus amigos de siempre y mostrando menos interacción con la familia, a pesar de haber sido previamente un niño extrovertido. Se nota nervioso antes de ir a la escuela, experimenta variaciones en su estado de ánimo y manifiesta tristeza.
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Cambios en el comportamiento
En ocasiones, los adolescentes pueden experimentar ataques de ira, violencia o mostrar una mayor irritabilidad. Identificar estas conductas como posibles señales de alarma puede resultar complicado, dado que ciertos cambios son normales durante la adolescencia. Sin embargo, es importante mantener la vigilancia, ya que el acoso podría ser el desencadenante de estos comportamientos.
Pérdida de objetos personales y material escolar
Una señal reveladora puede ser la pérdida frecuente de objetos personales o material escolar. Los acosadores a menudo emplean esta táctica como medio de intimidación.
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Solicitud de dinero en el hogar
El chantaje es una práctica común entre los acosadores. Si el niño solicita dinero para gastos que no puede justificar o que no concuerdan con sus hábitos de consumo habituales, podría estar cediendo a la presión de un abusador. Busque mantener un diálogo abierto y estar atento a estos cambios para así abordar el problema.
Síntomas psicosomáticos
Es importante destacar que, la mayoría de veces, el acoso que experimentan los estudiantes es de naturaleza psicológica. Por lo tanto, uno de los síntomas más comunes que se presentan en estos casos son los síntomas psicosomáticos.
Incluso cuando el acoso es principalmente psicológico, el niño puede experimentar una serie de síntomas físicos. Algunos de los más frecuentes incluyen:
- Alteraciones en el sueño.
- Malestar al despertar.
- Mareos y dolores de cabeza.
- Temblores y palpitaciones.
- Problemas digestivos y trastornos en la conducta alimentaria.
Cambios en el rendimiento escolar
Esto podría identificarse cuando note el desinterés por los estudios, ya que esto genera consecuencias en la falta de concentración y atención.
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Señales de que su hijo acosa a otros
También se debe considerar la posibilidad de que el hijo esté involucrado en el acoso escolar. Por lo tanto, es esencial que los padres estén atentos a los indicadores que suelen mostrar los niños que acosan a otros y tomen medidas adecuadas según las circunstancias.
Estas señales incluyen:
- Participación en agresiones físicas o verbales hacia otros.
- Asociación con quienes acosan a sus compañeros.
- Frecuentes reprimendas en la escuela.
- Llegada a casa con dinero o pertenencias adicionales y respuestas evasivas al preguntar sobre su origen.
- Tendencia a culpar a otros por sus errores o problemas.
- Actitud competitiva y preocupación por su reputación y popularidad entre sus pares.
- Falta de asunción de responsabilidad por sus acciones.