Se hacen para determinar la paternidad y cobran especial relevancia cuando hay procesos judiciales, herencias o dinero de por medio.
Una gota de sangre, un cabello, un poco de saliva, una muestra de tejido o de hueso, son suficientes para saber si un menor es hijo suyo o no.
Una prueba de ADN cuesta $500.000 en promedio. El resultado tarda una semana o un poco más.
Cuando es parte de un proceso judicial, el costo de la prueba lo paga inicialmente el Estado.
“Y cuando el proceso se defina, quien pierda el proceso debe pagarle a la entidad del Estado que la asumió, que es el Instituto de Bienestar Familiar”, explica Fernando Badillo, docente de Derecho de familia de la Universidad Libre.
Tenga en cuenta que la prueba para confirmar o impugnar la paternidad o filiación la pueden pedir los padres, pero también otros familiares o terceros.
Updated: noviembre 09, 2019 06:17 p. m.