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Al juzgado de primera instancia y familia número 18 de Barcelona llegaron por entradas diferentes Shakira y Piqué. La razón, el acuerdo más importante de todos:la autorización del cambio de residencia de sus hijos Sasha y Milan.
Piqué llegó caminando en compañía de sus abogados, ignorando el asedio de la prensa española y mascando chicle como distractor.
Shakira llegó tranquila, con lentes oscuros. Tuvo tiempo para saludar a su equipo de abogados y estuvo sonriente con la prensa, aunque también evitó dar declaraciones.
En la reunión, a puerta cerrada, se firmó el acuerdo que permite que Milán y Sasha se radiquen con Shakira en Miami, Estados Unidos. Ahora falta que el fiscal apruebe el convenio y lo notifique.
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Pilar Mañé, abogada de la barranquillera, manifestó que estos acuerdos “siempre son por el bien de los niños”.
El representante del exfutbolista señaló que “por ley es necesario hacerlo por separado, por esa razón no se ha hecho al mismo tiempo”.
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A la salida del juzgado, nuevamente la presión de la prensa hacia Piqué llegó a tal punto que él respondió unas tajantes palabras: “No voy a contestar nada”.
Shakira también fue interrogada, pero con más respeto. Al final, una sonrisa a los periodistas y se subió al carro, cerrando así un nuevo capítulo en esta historia.
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