Totó, la Momposina , una de las mujeres más importantes del folclor colombiano, se retira de los escenarios a los 82 años de edad. Con un homenaje en Bogotá, familiares y amigos le agradecieron a la reina de la cumbia, que se niega a desligarse de la música.
Con seis décadas de carrera, su energía sigue intacta. Pero una dificultad neurocognitiva llamada afasia, que afecta la capacidad de comunicación, hace que hoy Sonia Bazanta les diga adiós a los escenarios, aunque no a la música.
“A pesar de que los años, la pandemia y muchas circunstancias externas han querido opacarla, ella reluce. Yo le digo 'mamá, usted es como el ave fénix, tiene que resurgir' y donde ella se para es luz”, dice Angélica María Oyaga Bazanta, hija de Totó, la Momposina.
Es una luz heredada de padre tamborero y madre cantadora, con la que ha brillado en los escenarios internacionales más importantes.
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“Duramos cinco meses de gira recorriendo la Unión Soviética, estuvimos en el Concert Hall en Berlín, donde tocaron Beethoven y Mozart”, explica Marco Vinicio Oyaga, hijo de la artista.
También estuvo en Estocolmo con su presentación durante la cena posterior a la entrega del Premio Nobel de Literatura a Gabriel García Márquez, en 1982.
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Conquistas que se evocaron en la velada de despedida de esta mujer, que ha dado a conocer los ritmos de la costa Caribe ante el mundo, y cuya invaluable carrera se convierte en un tesoro que ahora pasa a manos de sus hijos con la agrupación ‘Los tambores de Totó’.
Y aunque a Totó, la Momposina, su salud le impide expresar sus ideas, su pasión por la música de tradición le permite manifestar sus emociones, reflejadas en un carisma desbordante que quedará para la eternidad, como su música.