Jorge Oñate , nació en villa de La Paz, Cesar, hijo de Daniel González y Delfina Oñate. Era el menor de tres hermanos.
A los 8 años su madre lo llevó a Bogotá para que terminara sus estudios de colegio, pero cursó hasta décimo grado porque pesó más su amor por el sonido del acordeón.
Ad portas de terminar su bachillerato, Oñate fue contratado como el cantante principal de un grupo llamado ‘Los Guatapurí’ y con ellos lanzó su primer álbum ‘Festival vallenato’.
Luego, a sus 19 años se unió al grupo de ‘Los hermanos López’, donde logró construir una carrera más sólida y madura, una etapa en la fue reconocido y dio un gran aporte al folclor vallenato.
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“Yo fui el que abrí el camino en la era de los cantantes de vallenato, el primero que aparece es Jorge Oñate. Ahí se parte el vallenato en dos, acordeonero y cantante”, comentaba.
Años después, realizó grandes y poderosas duplas, con Emiliano Zuleta Díaz, Nicolás Mendoza, Raúl Martínez y Christian Camilo. Creó grandes obras de la escena vallenata como ‘Nido de amor’ y ‘La aplanadora’.
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Un camino lleno de asares, sacrificios y logros musicales que lo consolidaron y le dieron el apodo ‘El jilguero de América’ y ‘ruiseñor del Cesar’.
Otro de los escenarios que pisó Oñate fue el de la política. Fue concejal de su pueblo, representante a la Cámara y diputado a la Asamblea del departamento del Cesar.
Pero sin duda el vallenato fue el género que logró moverle fibras. Influencias de bolero y ranchera les dieron un toque único a sus melodías.
Este artista que logró 5 Congos de oro por su participación de orquestas en el Carnaval de Barranquilla y el reconocimiento a la excelencia musical en los Grammy Latino. Deja un gran legado al folclor colombiano con canciones que seguramente se silenciarán.
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