Netflix anunció este martes el cierre de su servicio de venta de películas y series en formato DVD a domicilio después de 25 años en funcionamiento y 5.200 millones de discos vendidos.
"Tras 25 años de increíble trayectoria, hemos decidido cerrar DVD.com a finales de este año. (...) Queremos despedirnos por todo lo alto y enviaremos nuestros últimos discos el 29 de septiembre de 2023", detalló la empresa en un comunicado firmado por su codirector ejecutivo Ted Sarandos.
Los ingresos de Netflix procedentes del negocio de DVD cayeron progresivamente en la última década hasta el punto de que el año pasado apenas facturó 146 millones de dólares, un 20 % menos que en 2021, lo que representó tan solo un 0,5 % de sus ingresos totales.
En 2010 el servicio de DVD de Netflix llegó a contar con 20 millones de suscriptores, pero fue perdiendo fuerza en los cursos posteriores.
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"Nuestro objetivo siempre ha sido ofrecer el mejor servicio a nuestros miembros pero, a medida que el negocio se reducía, se hacía cada vez más difícil. (...) A todos los que alguna vez añadieron un DVD a su carro de la compra o esperaron junto al buzón a que llegara un sobre rojo: Gracias", continuó Sarandos.
Antes de que el 'streaming' se convirtiera en una lucrativa industria a la que se acercarían empresarios de diversos sectores, Netflix era una compañía cuyos beneficios giraban en torno al envío de DVD por correo en sobres rojos y blancos fácilmente reconocibles.
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De hecho, fueron estos los que propiciaron la primera incursión de la ahora plataforma en el mundo del video bajo demanda allá por 2007 y un año antes en la programación original, con títulos de la productora Red Envelope Entertainment -en honor a esos sobres rojos- como "Sherrybaby" y "Zach Galifianakis Live at the Purple Onion".
Una multa de videoclub como origen de Netflix
Cuando los estadounidenses Reed Hastings y Marc Randolph fundaron hace ahora 25 años una empresa de alquiler de películas en DVD llamada Netflix, ninguno podía imaginar que esa compañía llegaría a acumular un capital de 36.000 millones de dólares por la distribución de contenido audiovisual.
Hastings suele contar una historia que sitúa el origen de todo en su enfado tras abonar una multa de 30 dólares por devolver tarde la cinta "Apollo 13" en su videoclub de confianza.
El auge del DVD, un catálogo inicial de unos mil títulos y la flexibilidad de devolver las películas hasta una semana después dieron forma a una idea de negocio que se disparó hasta convertir a la compañía en un gigante con productos derivados y más de 11.500 empleados.
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"Nos sentimos muy privilegiados por haber podido compartir noches de cine con nuestros socios de DVD durante tanto tiempo (...) y muy entusiasmados por seguir complaciendo a los aficionados al entretenimiento durante muchas décadas más", completó el comunicado del primer servicio de 'streaming' a nivel mundial.