Harry Belafonte, la superestrella que introdujo los ritmos caribeños en la música estadounidense y defensor de los derechos de los negros, falleció este martes, 25 de abril de 2023, en su domicilio de Manhattan
por una insuficiencia cardíaca a los 96 años, informó su representante.
Nacido el primero de marzo de 1927 en Harlem, de madre jamaicana y padre francés de Martinica, el intérprete de calipso y actor -cuyo nombre completo era Harold George Bellanfanti- pasó parte de su infancia en Jamaica antes de regresar a Nueva York, en una mezcla de culturas que influyeron en su música y en su cruzada por la igualdad racial.
El calipso de Harry Belafonte, un género de música caribeña con influencias de África Occidental y Francia, le catapultó a la fama en un contexto de prosperidad y urbanización tras la Segunda Guerra Mundial.
Su tercer álbum, titulado "Calypso" (1956), se convirtió en el primer LP que vendió más de un millón de copias en Estados Unidos.
El álbum incluía la que se convirtió en la canción emblemática de Harry Belafonte, "Day-O (The Banana Boat Song)". Mientras que para los críticos era simplemente música de baile para sentirse bien, para el cantante era la incitación a la rebelión de los trabajadores que exigían salarios justos.
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Harry Belafonte "utilizó su plataforma casi de manera subversiva porque podía colar mensajes, mensajes revolucionarios", dijo el cantante John Legend el martes en un evento de la revista Time.
"Cuando la gente pensaba que simplemente cantaba sobre los buenos tiempos en las islas, siempre estaba enviando mensajes de protesta y revolución en todo lo que hacía", agregó.
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Ni al principio de su carrera, Harry Belafonte rehuyó la polémica. En 1957 protagonizó la película "Island in the Sun", en la que interpretaba a un político negro en una isla ficticia que tiene una relación amorosa con una mujer de la élite blanca, una de las primeras producciones de Hollywood sobre relaciones interraciales.
En 1954, se convirtió en el primer afroestadounidense en ganar un premio Tony, por su papel en el musical de Broadway "John Murray Anderson's Almanac".
Seis años después repitió el logro al ganar un premio Emmy por "Tonight with Belafonte", su programa musical de televisión. También ganó tres Grammy.
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"Lucha"
Las reacciones por la pérdida del cantante activista llegaban desde la industria musical hasta la política.
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El secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, a través de su portavoz Stéphane Dujarric, destacó "su dedicación inquebrantable y una generosidad sin límites" en una vida "dedicada a la lucha por los derechos humanos y contra la injusticia en todas sus formas".
Embajador de buena voluntad de Unicef por 36 años, el legado de Harry Belafonte incluye "la defensa de la atención primaria de salud, el tratamiento del VIH/SIDA y el acceso gratuito a la educación para todos", dijo por su parte la directora de la organización Catherine Russell.
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Cuando el movimiento por los derechos civiles cobró impulso, Harry Belafonte asumió un papel pionero que iba mucho más allá del simple apoyo moral. Se convirtió en confidente de Martin Luther King y aportó su propio dinero para apoyar la causa.
"Cuando la gente piensa en activismo, siempre piensa que conlleva algún sacrificio, pero yo siempre lo he considerado un privilegio y una oportunidad", dijo en un discurso pronunciado en 2004 en la Universidad de Emory.
Harry Belafonte invitó a King y al pastor de Birmingham, Alabama, Fred Shuttlesworth, a su apartamento de Nueva York para planificar la campaña de 1963 con el fin de integrar a la ciudad sureña, notoriamente racista.
Cuando King fue detenido en Birmingham, Harry Belafonte recaudó 50.000 dólares -unos 400.000 dólares en valor actual- para pagar su fianza, en una época en que el auge de la música pop aportaba riqueza y estilos de vida fastuosos a muchos artistas.
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"La popularidad mundial de Belafonte y su compromiso con nuestra causa es un ingrediente clave para la lucha mundial por la libertad y un arma táctica poderosa en el movimiento por los Derechos Civiles aquí en Estados Unidos", dijo King sobre su benefactor.
A pesar de sus críticas a las políticas estadounidenses, Harry Belafonte aseguraba que Estados Unidos "ofrece un sueño que no puede cumplirse tan fácilmente en ningún otro lugar del mundo", pero que solo es alcanzable mediante la "lucha".
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El activista pasó mucho tiempo en África, especialmente en Kenia, y se convirtió en uno de los artistas estadounidenses más destacados en la lucha contra el apartheid en Sudáfrica.
Su álbum "Paradise in Gazankulu", publicado en 1988, hablaba de la opresión de los negros sudafricanos y se grabó parcialmente en Johannesburgo con artistas locales.
También puso en marcha el supergrupo USA for Africa, cuya canción "We Are The World" recaudó en 1985 millones de dólares para las víctimas de la hambruna en Etiopía.
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