Kim Kardashian fue una de las celebridades que más se destacó en laMet Gala el pasado 2 de mayo. La empresaria lució el icónico vestido que Marilyn Monroe usó en 1962 cuando cantó 'Happy Bitrthday' al presidente John F. Kennedy en el Madison Square Garden. El traje hace parte de las reliquias del museo Ripley's Believe It or Not.
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Sin embargo, no todo fue perfecto para la socialité, pues no logró cerrarse el vestido por detrás debido al tamaño de sus glúteos y tuvo que portar una estola para disimular. Además, Kim Kardashian reveló a la revista Vogue que se vio obligada a bajar de peso para poder usar el traje.
"Siempre pensé que era extremadamente curvilínea. Me imaginaba que podría ser más pequeña en algunos lugares donde ella era más grande y más grande en lugares donde era más pequeña. Entonces, cuando no me quedaba bien, quería llorar porque no se puede cambiar en absoluto", dijo la empresaria a Vogue.
Por tal razón, Kim Kardashian diseñó un plan para lucir el famoso vestido. Dejar de consumir azúcar y carbohidratos, usar la caminadora, y comer verduras y proteínas fueron algunas actividades que ella realizó.
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Aunque es evidente que la empresaria llamó la atención en la Met Gala, fue duramente criticada por expertos.
La escritora Michelle Morgan sostuvo que el vestido de Marilyn "es extremadamente delicado y se ha mantenido en condiciones de temperatura controlada, pero ahora ahí está, no solo puesto, sino en una alfombra roja donde cualquier cosa le podría haber pasado".
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"Este vestido se hizo para Marilyn Monroe, no es una prenda que se toma de la percha", comentó a la revista People el historiador y coleccionista Scott Fortner.
"Una pieza tan icónica de la historia de América no debería arriesgarse a ser dañada solo por darle un empujón al ego y la oportunidad de una buena foto", sostuvo la historiadora de moda Dr. Justine De Young.