Adolfo Pacheco Anillo nació el 8 de agosto de 1940 en el municipio de San Jacinto, Bolívar. Allí, desde los 3 años, se conectó con los sonidos de las gaitas y los tambores. A los 6 compuso su primer sencillo, un canto indio a ritmo de puya.
La etapa del colegio la vivió en Cartagena, donde aprendió a tocar la violina y la guitarra y conoció de bambucos y boleros. Conectado con el folclor llegó el acordeón, el instrumento que se volvió su amigo inseparable y el que le dio la inspiración para crear sus más bellas canciones.
A la par con la música, el maestro Adolfo Pacheco estudió derecho y hasta fue profesor de matemáticas.
Su canto, letras y composiciones han traspasado fronteras. Escribió y creó la música de más de 224 sencillos, 60 de ellos son grandes éxitos en diferentes ritmos y géneros.
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El juglar de San Jacinto se dio el lujo de componer vallenatos, cumbias, porros y hasta boleros, cada tema con una historia propia.
‘El viejo Miguel’ es un canto a la nostalgia. El tema lo escribió cuando su papá dejó el pueblo de San Jacinto para ir a la ciudad alejándose de él y de sus 17 hermanos.
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Adolfo Pacheco
dejó una huella imborrable en la música de nuestra costa Caribe con paseos y merengues como ‘El mochuelo’ y ‘Mercedes’ y cumbias como ‘Mi machete’, ‘Cuando lo negro sea bello’ y ‘Sabor de gaita’.
Sin embargo, su gran obra musical es ‘La hamaca grande’, un himno para los colombianos y la canción que lo hizo famoso.
Fue presentada en una parranda en 1969 y se convirtió en un clásico del folclor vallenato que llegó a países de Latinoamérica y Europa. El tema tiene 79 versiones, una de las más reconocidas es en la voz de Carlos Vives y los músicos de La Provincia.
‘La hamaca grande’ es un regalo musical con el que Adolfo Pacheco quiso unir a los músicos de Valledupar con los de las sabanas del sur de Bolívar y los montes de María.
Tuvo el reconocimiento más grande para un juglar vallenato. En 2005 fue nombrado rey vitalicio del Festival de la Leyenda Vallenata.
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También recibió el reconocimiento del Festival Cuna de Acordeones de La Guajira y merecedor del premio vida y obra del Ministerio de Cultura en su edición 2020.
Adolfo Pacheco fue concejal de San Jacinto, diputado, secretario de la asamblea y director de tránsito de Bolívar. Pero su mayor honor siempre fue ser un músico honesto y parrandero. Adiós al compositor sanjacintero.