La periodista Érika Zapata conserva un estilo original que le ha significado mucho cariño, especialmente de gente del común y muchos de los que se identifican con ella. Aunque ahora es admirada, no la tuvo nada fácil en el pasado y el tema del amor no ha sido la excepción.
En Día a Día reveló que actualmente no tiene novio y, de hecho, “nunca ha estado en una relación amorosa”. “A mí me cuesta ese escenario porque yo apenas me estoy aprendiendo a querer”, destacó.
Aunque dijo que sí se ha enamorado, ha sido rechazada de formas muy crueles.
En una ocasión quiso revelar sus sentimientos, pero “me quemaron una cartica de amor en la cara”. Otro sujeto al que le abrió su corazón tuvo la desfachatez de decirle “¿y es que usted nunca se ha mirado en un espejo?”.
Publicidad
Y hablando de amor, Érika Zapata tocó el tema de Sebastián Palacios, presentador regional de Noticias Caracol de Medellín. Alguna vez ella subió una foto juntos a manera de broma, en la que sugería que eran pareja y se armó el revuelo.
Pero en realidad la relación es más de amistad. “Sebas siempre ha sido ese apoyo, es una persona que yo admiro. Es como mi hermano”, manifestó Érika, además de resaltar que él es quien la aterriza cuando se deja afectar por comentarios crueles de la gente que no está de acuerdo con su forma de presentar.
Publicidad
Así fue la infancia de Érika Zapata
Esta carismática mujer nació en Santa Helena, un corregimiento antioqueño reconocido como la cuna de los silleteros y este oficio tan popular en el Valle de Aburrá.
Érika Zapata tiene dos hermanas y un hermano; de las mujeres es la menor.
La situación para esta familia no fue fácil, hubo momentos en que aguantaron hambre y vivieron el sufrimiento de su padre, que padeció cáncer.
En la charla de Érika Zapata con Carolina Cruz, Carolina Soto y Catalina Gómez contó situaciones como que “nunca tuve un uniforme nuevo”, “iba a la escuela aguantando hambre" y “nunca tuve un amigo en la escuela”.
Publicidad
Pero la parte más dura fue el aceptar que “muchas veces me quise morir”, y esto fue a causa del matoneo y la crueldad de muchas personas que tuvo a su alrededor y que se burlaban de ella tanto por su físico como por las vicisitudes económicas por las que ella y su familia tuvieron que pasar.
Justamente, con el cariño de la gente, su autoestima fue mejorando y el impulso de sacar adelante a quienes le dieron la vida le significó ese combustible para seguir tocando puertas y destacarse en la reportería, sin dejar de lado esos apuntes que la hacen única, como “pollos en un galpón” o el “mero gentío”.
El mensaje es que nunca podemos desistir de nuestros sueños, no importa que nos encontremos muchas dificultades en el camino. Hay que tener presente que muchas veces esas dificultades son las que nos empujan a las puertas adecuadas. A mí me cerraron muchas puertas y miren en dónde caí
Publicidad