Duna, ¿le faltó o le sobró algo? Mi opinión sobre la película más vista de la semana

Varios días después de haber visto la cinta Duna me sigo haciendo la misma pregunta. Pero así son las buenas películas, las que permanecen en la cabeza del espectador días después de que se encienden las luces. Y eso me ha pasado con Duna, la nueva versión adaptada por el director canadiense Denis Villeneuve.

El aclamado director de títulos como Incendies, El hombre Duplicado y La Llegada nos lleva en este viaje sideral al imaginario mundo de Arrakis, creado por Frank Herbert en una exitosa saga literaria que, confieso, nunca leí. De hecho, tampoco vi la anterior versión que había hecho en el cine el director David Lynch.

Por eso, mi aproximación a esta historia era nueva y no tenía ni referencias ni puntos de comparación y, en ese sentido, la película me gustó.

Desde sus primeros avances sabíamos que iba a ser una megaproducción de gran presupuesto con un elenco internacional que incluía a los dos adolescentes del momento en Hollywood apoyados por talentos de la talla de Oscar Isaac, Javier Bardem, Dave Bautista y Rebecca Ferguson, entre otros.

Duna sí se ve de otro mundo y todo el trabajo en la dirección de arte con meticulosos detalles nos hacen sentir que somos espectadores de una historia que se desarrolla en una galaxia muy, muy lejana. Incluso, dicen que George Lucas se inspiró en ésta fábula galáctica para su célebre Guerra de las Galaxias.

Un capítulo especial hay que darle a la música y el concepto sonoro desarrollado por uno de los grandes, Hans Zimmer, quien logró recrear en sus partituras un viaje conceptual de otro mundo.

La historia es sencilla. Una guerra intergaláctica que tiene como epicentro Arrakis, el único lugar donde se encuentra 'la especia', la sustancia más codiciada y valiosa del universo que producen gigantescos gusanos de arena. Debido a su rareza y a su arriesgada extracción, quien controla la producción de la especia, controla el destino no sólo del Imperio, sino de todo el universo y de paso la humanidad.

Efectos visuales de impecable factura, escenarios impensables y batallas grandilocuentes han cautivado la taquilla mundial a tal punto que los estudios Warner Bros. confirmaron ya la segunda parte de esta saga. Y eso está bien; este tipo de producciones merecen que se sigan haciendo y ser vistas en la pantalla grande.

En términos generales a mí me gustó, pero después de casi dos horas y media en la butaca del cine sigo con la misma inquietud. No sé si le faltó o le sobró algo. Probablemente, la veré una segunda vez para salir de la duda.