Esteban Sinisterra tiene 23 años, pensó ser abogado y terminó moviéndose, por esos hilos que conectan la vida, convertido en un cotizado diseñador de moda, que ha vestido a la vicepresidenta Francia Márquez.
“Te cuento, yo chillé durante la posesión. Me puse a pensar los límites no son el cielo, me puse a pensar los límites no son el cielo. Todo lo que nosotros nos propongamos lo podremos lograr siempre y cuando estemos disciplinados, entreguemos todo de corazón y nada en reserva”, relata.
Esteban ha vivido de cerca el conflicto armado. A los 6 años salió de Iscuandé, Nariño, hasta Guapi, Cauca, a vivir con su abuela. Allí, a los 12 años, para sobrevivir, empezó a arreglar los pantalones de sus amigos.
“Bueno, había una máquina de coser en mi casa porque era de mi tía, pero cuando ella se murió yo me quede con ella. Esa máquina estaba mala, yo la arreglé para poderle dar uso y rendir homenaje a su memoria también”, expresa Esteban.
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Así empezó a transformar telas usadas en creaciones con significados y símbolos de tradiciones culturales que conectan. “En el diseño soy empírico, yo creo que soy un activista de la moda”, resalta el joven.
Y así se conectó con quien para entonces era la candidata Francia Márquez y se convirtió en su asesor de vestuario.
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“Mi historia y la de ella son muy parecidas; somos hijos del Pacífico y de una u otra manera también hemos sufrido la violencia. Y el yo estar con ella, que ella me escuchara, hizo que nuestro lazo de amistad creciera y que hoy seamos un equipo”, cuenta.
A Esteban Sinisterra lo llaman también Esteban African, continente con el que siente conexión, y al que viajará para mostrar sus creaciones.
Ahora se visualiza en las más importantes pasarelas: “Nueva York, París… estar en las más importantes porque yo creo que allá estoy apuntando, bajo la gracia de Dios”, dice el diseñador.
Y no lo hace sólo por él, sino para que por medio de él y su arte se visualice su comunidad: la del Pacífico colombiano.