Barbie, la muñeca más famosa del mundo, está celebrando su cumpleaños número 65. A lo largo de este tiempo se ha convertido en toda una figura de la cultura pop, pero también ha logrado transformar diferentes espacios culturales y sociales con su mensaje.
A pesar de sus pequeños pies y de caminar siempre en puntillas, la huella que Barbie ha dejado en generaciones y sociedades es imborrable. Se convirtió en el reflejo de la diversidad y la inclusión en el mundo humano desde su primera aparición en 1959.
El impacto lo causó desde su primera versión, en la que destacó su icónico cabello rubio, un traje de baño blanco y negro y sus ojos inclinados. Esa muñeca fue una creación de Ruth Handler, inspirada en su hija Bárbara y como un regalo para motivarla a no tener miedo y se atreviera ser quien quisiera ser.
Kim Culmone, actual jefe de diseño de las muñecas Mattel, señaló que "fundamentalmente, y dicho de una manera mucho más simple, es una herramienta para soñar en grande y cuando sueñas en grande pueden suceder grandes cosas porque, si puedes ver eso y visualizarlo, puedes darle vida".
Además, Barbie siempre ha sido un ícono de la moda, incluso recientemente inspiró la tendencia Barbiecore por el fenómeno de la película protagonizada por Margot Robbie y nominada a los Premios Oscar 2024.
Pero su impacto en este sector siempre ha sido importante, pues fue una de las primeras en ayudar a los que con los años se convirtieron en grandes diseñadores de ropa de renombre.
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"Cuando interactúo con los grandes diseñadores de moda, una de las cosas que me dicen es que Barbie fue su primera cliente. Contaban historias y vivían sus aspiraciones y sueños de diseñador de moda a través de la muñeca", aseguró Culmone sobre el impacto de la muñeca en este sector.
La inclusión y diversidad a través de Barbie
Aunque el cuerpo estereotipado, el cabello rubio y los ojos azules marcaron por años a las generaciones que jugaron con una Barbie, en la actualidad, la muñeca tiene 35 tonos de piel, 97 peinados, 9 tipos de cuerpo y 250 profesiones.
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Hay Barbies con sillas de ruedas, vitíligo, síndrome de Down y tallas grandes, avances que han llegado con la inclusión de los años. Aunque Mattel sigue utilizando las máquinas de coser de 1959 y pintando a mano sus muñecas, el personaje ha permanecido en el tiempo y mantenido su mensaje, que se adapta a los cambios de pensamiento sobre estándares de belleza y roles de género.