El 1 de junio de 2008, una atroz escena del crimen estremeció a los habitantes de Arauca. Luz Amanda Castillo y sus dos hijos menores de edad fueron asesinados en su residencia, aparentemente con un arma cortopunzante. El Rastro conoció este caso en 2016.
La cucuteña Amanda Castillo vivía con su esposo, Jairo Vargas, con quien tuvo dos hijos: Luz Milena, de 12 años, y Julián Camilo, de 6. Jairo aseguró que la personalidad arrolladora y el buen corazón de Amanda lograron cautivarlo. No obstante, él ya tenía tres hijos de una relación anterior.
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A pesar de ser una familia unida, los problemas comenzaron a surgir y las preocupaciones económicas obligaron a Amanda a viajar a Canadá en 2006 en busca de mejores oportunidades laborales para poder contribuir al sustento de su familia.
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Aunque luchó por obtener la residencia, finalmente terminó regresando a su país, ya que esto había ocasionado problemas con su esposo y su ausencia era difícil para sus hijos.
“Me tocó muchas veces ser papá y mamá. Tenía que madrugar para alistar a los niños y llevarlos a casa de mi padre, donde nos daba el desayuno”, dijo Jairo Vargas, y añadió que nunca juzgó a su esposa por haberse ido, ya que estaba buscando “un mejor horizonte para nuestras vidas”.
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En marzo de 2008, Amanda, junto a Jairo y sus hijos, decidió empezar una nueva vida en Arauca. Ella quería recuperar a su familia, pero, sobre todo, su matrimonio. Aunque lo intentaba, según su familia, la relación se deterioraba cada vez más.
Además, Jairo afirmó que los problemas llevaron a Amanda a una profunda depresión, lo que, según él, la hizo empezar a tener comportamientos extraños tanto con sus hijos como con él.
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El triple crimen
En la madrugada del 1 de junio de 2008, las autoridades fueron alertadas de que en una vivienda se escuchaban gritos y pedidos de auxilio. Al llegar al lugar, encontraron el cuerpo sin vida de Luz Amanda en su residencia. La mujer estaba colgada del techo, mientras que sus hijos presentaban múltiples heridas de arma cortopunzante: Julián Camilo tenía 16 puñaladas y Luz Milena, 32.
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El crimen, cometido con gran sevicia, no solo consternó a la familia y las autoridades, sino a toda la población de Arauca. A pesar de que Jairo se encontraba dentro de la vivienda, aseguró que no sabía nada de lo que había sucedido.
Las primeras hipótesis de la Policía sugerían que se trataba de un suicidio, pero tras las pistas clave de la investigación y el análisis de Medicina Legal, esa teoría fue descartada.
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“La causa de la muerte de Luz Amanda fue asfixia. En el caso de la adolescente Luz Milena, fue por heridas en la parte abdominal y torácica, y en el caso del menor Julián Camilo, fue muy similar”, confirmó Carlos Manuel Silva, director seccional de fiscalías en Arauca.
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Las pruebas que esclarecieron los hechos
“No tengo la menor idea de lo que pudo haber pasado... No entiendo por qué no me atacaron a mí, por qué me hicieron esto”, mencionó Jairo, quien durante meses enfatizó que su esposa asesinó a sus hijos y se quitó la vida mientras él estaba dormido.
Sin embargo, las autoridades no creían su versión y cada vez más se convertía en el principal sospechoso del triple crimen. Asimismo, la investigación reveló que en la ropa de Jairo se encontraron rastros de sangre y que en la prueba de Medicina Legal no se reportó que hubiera ingerido alguna sustancia extraña.
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Por otro lado, se encontraron rastros de ADN de Jairo en las uñas de su hija, Luz Milena, pues ella aparentemente intentó defenderse. Estas pruebas demostraron que Jairo Vargas, esposo y padre de las víctimas, era el culpable del triple homicidio.
El sujeto fue condenado a 60 años de prisión y sin beneficios por el delito de homicidio agravado en concurso homogéneo. Jairo Vargas paga su condena en la cárcel de Girón, Santander.
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Vea la investigación completa de El Rastro aquí: