La pequeña Luisa Fernanda Garcés tenía 13 años cuando desapareció misteriosamente de su casa en Villamaría, Caldas, en agosto del 2014. Lo que al principio parecía un comportamiento típico de la adolescencia, pronto se convirtió en una investigación criminal que dejó al descubierto un doloroso secreto.
La desaparición
Al principio, la familia creyó que Luisa Fernanda había huido como lo hacían algunos jóvenes y que regresaría horas después. Sin embargo, toda su familia la buscó durante la noche y madrugada. El 21 de agosto de 2014, la niña fue oficialmente reportada como desaparecida. Mientras la Fiscalía iniciaba la investigación, su padre y abuelo empapelaban todo el municipio con carteles para hallarla.
Dato clave del caso
La Fiscalía encontró un dato clave: un presunto abuso sexual. Un día antes de la desaparición, la menor había ido a Medicina Legal a reportar el caso en compañía de su padre, pero no identificó al agresor. El hecho se habría registrado ocho meses atrás, pero no se lo había contado a nadie.
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Un secreto al descubierto
La niña le confesó a su padre que una noche su madre dejó entrar a unos amigos a la casa para que se tomaran unos tragos y ahí se produjo el hecho. Un hombre, del que no se sabía el nombre, pero que se había presentado como un conocido de una amiga de su mamá era el presunto abusador.
Luego de que a la madre le hicieran efecto los tragos y se quedara dormida, el señalado invitó a Luisa y a su hermano a comer en un puesto callejero de comida rápida. Luego le ofreció dinero al hermano de la niña para que lo dejara solo con ella, quien aceptó sin saber lo que ocurriría. A los pocos minutos, Juan Esteban, de solo 11 años, escuchó los gritos de su hermana.
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El padre, aterrado por la confesión, le contó a la madre, quien afirmó no conocer de este hecho. Aseguró que no recordaba al hombre, solo sabía que era un conocido de su amiga Lina Janeth Osorio.
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La investigación
Las autoridades contactaron a la amiga de la madre, quien dijo que no tenía información del hombre, solo lo sabía que se llamaba Andrés, pero que tiempo atrás lo había visitado en la cárcel. Seis días después de la desaparición, un pescador alertó sobre la presencia de unos restos óseos a orillas del río Cauca, que resultaron ser de Luisa Fernanda. La menor fue asesinada con un golpe en la cabeza.
El testimonio del vendedor
El día de la desaparición, Luisa estuvo con un compañero del colegio llamado Luis Fernando. Según el menor, él acompañó a su amiga hasta un puesto de perros calientes para pedir un número de celular de un hombre al que se refería como “el tío”. Era el mismo lugar donde comieron el día del abuso sexual.
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El vendedor del puesto aseguró que conocía al hombre señalado porque tiempo atrás habían intentado hacer un negocio de una moto. También señaló que Luisa llamó al sospechoso y este la recogió en una moto negra.
La captura del sospechoso
Este testimonio dejó más preguntas que respuestas. Las autoridades solicitaron información a la Cárcel Nacional de Varones por las visitas que había asegurado hacer la amiga de la madre y así dieron con el nombre de Gabriel Jaime Marulanda Sepúlveda.
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El hermano de Luisa lo reconoció como el hombre que estuvo en su casa y las autoridades analizaron las llamadas del celular del sospechoso. Una de ellas lo ubicaban en el punto exacto donde fue encontrado el cuerpo de Luisa al siguiente día de su desaparición.
El 4 de mayo de 2015, Gabriel Jaime Marulanda fue capturado en Manizales cuando este asistía a una cita judicial en la Fiscalía por uno de sus tantos delitos. El ente investigador le abrió dos procesos: uno por homicidio agravado y otro por delitos sexuales con menor de 14 años, pero no aceptó cargos y por dos años insistió que no conoció a Luisa Fernanda.
La condena
Finalmente, fue condenado a 46 años de prisión por el homicidio de Luisa. Dos años más tarde, otro juzgado le sumó una condena de 9 años por el delito de abuso sexual.
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Aunque se hizo justicia, la familia de la menor aún no tiene paz, pues aseguran que no entienden por qué la menor contactó a su propio abusador aquella noche que desapareció.
Reviva la investigación completa de El Rastro aquí:
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