En junio de 2014, un atroz crimen sacudió a los habitantes de Medellín. Luis Felipe Muñoz, de 16 años, fue encontrado sin vida en su casa, ubicada en el sector de la comuna 8. Había recibido un golpe contundente en la cabeza. El Rastro conoció detalles de la investigación en 2016.
El joven creció en un barrio humilde junto a su madre y hermanos. Era una familia que luchaba por salir adelante y conseguir lo necesario para sobrevivir. Teresa Macías, su madre, tenía un trabajo informal y no tenía con quién dejar a sus hijos. Tres de ellos fueron entregados a una familiar para que los cuidara y cuatro más entraron en un proceso de adopción.
Luis Felipe fue ingresado a un internado católico porque, según su madre, estaba teniendo malas amistades. Sin embargo, no toleró el régimen que allí llevaban y al poco tiempo salió del lugar.
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Tras las dificultades familiares, la madre de Luis Felipe decidió dejarlo bajo el cuidado de Jesús Antonio Giraldo, conocido en el sector por ayudar a las personas de escasos recursos y por tener un próspero negocio.
“Al darme cuenta de que era un niño que necesitaba ayuda porque su padrastro lo maltrataba, me sentí muy triste. Me di cuenta de que hacer una obra de caridad, era bueno. Me dio pesar del niño y le dije a la mamá que si me lo dejaba,” afirmó Jesús Antonio y añadió que él se encargó de darle ropa, educación, alimentación y todo lo que necesitara.
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¿Qué pasó con Luis Felipe?
Pese a que la madre de Luis Felipe lo visitaba constantemente, Jesús Antonio aseguraba que el joven estaba adoptando comportamientos extraños. No obstante, había un secreto que nadie de la familia conocía.
En medio de la celebración del Día del Padre, Luis Felipe salió a comprar unas cervezas para su padrino, Jesús Antonio. Al volver a la casa, tuvieron una discusión y cada uno salió en rumbo desconocido.
Luego de un par de minutos, Jesús Antonio aseguró que, cuando iba para su casa, encontró a Luis Felipe gravemente herido. El joven fue trasladado de inmediato al hospital. Al día siguiente, Luis Felipe perdió la vida debido a grave lesión que tenía en la cabeza.
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Investigación develó cruda verdad
Las autoridades iniciaron una intensa búsqueda para dar con el responsable de los hechos. Medicina Legal confirmó que el joven falleció por una herida con arma cortopunzante en la cabeza.
Inicialmente, uno de los principales sospechosos era su padrastro, con quien el joven ya había tenido varios altercados y discusiones.
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La Policía obtuvo valiosa información gracias a su padrino, Jesús Antonio, quien se mostró dispuesto a colaborar con la investigación. El sujeto aseguró que su ahijado tenía problemas con uno de sus amigos.
Seis meses después del crimen, Esteban Patiño, amigo de la víctima, brindó detalles importantes sobre el presunto responsable de los hechos. “Yo estaba seguro de que había sido Jesús. Cuando él estaba borracho, trataba a Felipe de una manera muy brusca”, aseguró y añadió que Felipe le había confesado varias veces que Jesús lo agredía físicamente con objetos contundentes.
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Otros amigos del joven testificaron sobre los abusos que Felipe recibía por parte de su padrino, lo que alertó de inmediato a las autoridades.
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La investigación reveló que Jesús Antonio era el responsable del homicidio de Luis Felipe Muñoz. Además, se descubrió que el sujeto abusaba sexualmente del menor de edad y lo maltrataba.
Jesús Antonio fue capturado por el delito de homicidio agravado y aceptó los cargos. La Fiscalía agregó que el sujeto sería investigado por otros delitos, como abuso sexual y acceso carnal violento a un menor de edad.
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Se desconoce si Jesús Antonio abusó de otros menores de edad.
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