Con 50 años, Lourdes Pedroza logró el sueño de graduarse como bachiller. Era septiembre de 2009 y, sin saberlo, era su último momento de felicidad, pues luego de este hecho su vida quedó marcada por la codicia, la traición y una tragedia. El Rastro investigó este crimen en el 2014.
Su historia ocurrió en Media Luna, Cesar. Allí la madre soltera crió a sus cuatro hijos. Para ese momento, este corregimiento no contaba con bancos ni oficinas del Estado, entonces los cerca de mil habitantes confiaban en ella para hacer el recaudo del dinero del recibo de la luz. Por ello, era normal que la mujer tuviera grandes sumas de dinero en su casa. Un día de cada mes, entregaba en el municipio de San Diego el dinero recolectado a la empresa prestadora de energía.
Una de las mejores amigas de Lourdes se llamaba Lamia Gámez, quien al igual que ella, también era madre comunitaria. “Era mi amiga, mi amiga incondicional, a quien yo le podía contar mis cosas”.
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El viernes 29 de octubre de 2010 parecía ser un día como cualquier otro. Según sus familiares, Lourdes se levantó, preparó café y salió de su casa, después de una llamada, a recibir el dinero de algunos recibos que le hacían falta. Llevaba un poco más de $5 millones en un sobre de manila que debía entregar a las 8:00 a.m.
Antes, la mujer decidió ir donde una amiga, pero a partir de ese momento, no se supo nada más de Lourdes. Horas más tarde, Ciro, uno de sus hijos, llegó a la casa y se dio cuenta que su madre no estaba, un hecho que le pareció extraño y decidió llamar a la empresa donde ella debería dejar el dinero y la respuesta fue que nunca fue a entregar la plata.
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Sus familiares iniciaron la búsqueda de Lourdes. Pasaron las horas y no había rastro de ella. Al otro día, mientras su hijo Ciro se dirigía municipios cercanos para encontrar alguna pista, recibió un mensaje en el celular de su madre en el que, supuestamente, la misma Lourdes señalaba que estaba bien y que había huido con el dinero.
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El número del que se envió el mensaje de texto era desconocido, pero una de las sobrinas de Lourdes descubrió que le pertenecía a una mujer que ella conocía, una sobrina de Ana María Rodríguez, amiga de Lourdes.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
El 29 de octubre, la recaudadora fue a la casa de su amiga Ana María Rodríguez porque le debía $600 mil que le había prestado de los recibos de la luz.
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Ana María sabía que ese día su amiga tenía que viajar y llevaba en su poder más de $5 millones y, por eso, planeó matarla para robarla. Al llegar a casa, le ofreció a la recaudadora una bebida que ya había preparado para indigestarla y debilitarla. Luego, aprovechó esto para asfixiarla.
Para evitar trasladar el cuerpo y ser descubierta, decidió esconderlo debajo de una cama pensando que pronto llegarían familiares o las mismas autoridades a buscar a Lourdes.
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Ana María era una experta en manipular información, crear cortinas de humo, mirar a los ojos de las autoridades y a sus amigos y mentir sin parpadear, por eso logró evitar que ellos dudarán y descubrieran lo que tenía guardado debajo de su cama, al menos por un tiempo.
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Familiares y amigos de Lourdes fueron a buscar respuestas a la vivienda de Ana María, ella les hizo creer que estaba viva y logró que se fueran de su casa. Así estaba haciendo tiempo para sacar el cuerpo y arrojarlo al río. Debía actuar rápido antes de que el cadáver fuera descubierto por el olor, además debía engañar a su esposo, quien llegaría por esos días.
Al llegar, el esposo de Ana María escuchó sobre la desaparición de Lourdes, pero jamás pensó que el cuerpo se encontraba en su casa. La presencia del hombre en la vivienda complicaba el macabro plan de la asesina.
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Lamia, amiga de Lourdes, presionó a Ana María para conocer el paradero de la mujer que, hasta ese momento, pensaban estaba desparecida, pero con vida.
Ana María le confesó a su esposo que el cuerpo de Lourdes estaba en su casa. Luego, fue a la casa de Isael Quintero, inspector y primera autoridad de Media Luna y le contó lo mismo. La Fiscalía inspección la casa y encontró el cuerpo de Lourdes.
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La primera versión que Ana María le dio a las autoridades involucró a Lamia Gámez y la señaló como la autora del crimen. Capturaron a ambas mujeres. Lamia fue absuelta tras estar nueve meses en la cárcel.
Ana María se encontraba en embarazo y solicitó casa por cárcel. Le fue concedida, dio a luz y su exesposo se quedó con la custodia del bebé. La mujer aprovechó para fugarse. La justicia la declaró prófuga y la condenaron a 38 años por los delitos de homicidio agravado y hurto calificado.
Reviva la investigación completa de El Rastro acá:
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