A sus 15 años, Jenny Castro era una joven que estaba empezando a vivir la ilusión del amor, no le faltaban pretendientes y quizás fue eso lo que cambió su historia. Fue brutalmente asesinada en una zona rural de Barbosa, Santander. El Rastro investigó su crimen en el 2018.
Deisy Ramírez, es la madre de Jenny, ella vivía con sus hijos en el sur del Tolima, incluida la joven que había nacido en 1999. La calma de la familia se rompió en el 2003, pues tuvieron que llegar a Bogotá debido al conflicto armado.
Debido a las dificultades económicas, Jenny solo estudió hasta sexto de bachillerato. Cuando tenía 13 años, en el 2011, decidió irse a vivir con su hermano John Alexander y allí conocería un hombre que le cambiaría la vida. Se trata de Jeffer Armando Molina, quien para ese momento tenía 22 años. La joven se enamoró perdidamente de él.
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Deisy consideraba que su hija estaba muy joven para tener novio, pero según Jeffer los problemas entre madre e hija eran otros. Motivada, según Jeffer por las constantes peleas con su mamá, en el año 2013 decidió irse a vivir con su pareja.
Sin embargo, el romance de un cuento de hadas pronto se convertiría en una historia de terror. Conviviendo bajo el mismo techo, la joven pareja peleaba constantemente, al parecer, por celos. Tras seis meses, cuando Jenny tenía 14, Jeffer asegura que descubrió una infidelidad. En diciembre de 2013, rompieron su relación.
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A finales del 2013, la hermana mayor de Jenny Castro había conseguido trabajo en Vélez, Santander, y la invitó a irse. A los 15 años, se fue a vivir a este municipio. Allí empezó a estudiar y trabajar.
Cuando el hijo de su hermana cumplió un año, le hicieron una celebración. Allí Jenny conoció a Sergio Gerena, de 18 años, él era el hermano de David, el esposo de su hermana.
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Un mes después, recibió una extraña llamada a las 6:30 p.m. y salió de su casa, pero nunca regresó. Lo que parecía una cita, terminó en una tragedia. Su familia la buscaba, pero no había rastro. Luego, un campesino encontró el cuerpo de la menor.
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Las pistas del crimen
Las autoridades encontraron una tarjeta SIM quebrada en el lugar de los hechos, además de rastros de zapatos. El cuerpo había sido arrastrado. El dije de una camándula fue otro elemento hallado.
El cuerpo de Jenny fue enviado para realizarle una necropsia y conocer las causas de muerte. En Bogotá, el hermano de la joven le informó a Jeffer, su exnovio, y viajaron hacia Barbosa, en Santander. La hermana les informó a las autoridades que la menor asesinada al parecer estaba embarazada.
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Jeffer fue interrogado. Se determinó que la joven fue degollada. Si bien se confirmó que el joven no estuvo en el lugar de los hechos, se pensó en la posibilidad de que fuera el autor intelectual. La familia sospechaba de otro pretendiente de Jenny, Anderson, a quien ella había rechazado.
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En el interrogatorio, Anderson aseguró que Jenny tenía una relación clandestina con Sergio, hermano de la pareja de la hermana mayor de la joven y al parecer esperaba un hijo de él.
Se estableció que Sergio estuvo en el mismo lugar y hora donde ocurrió el crimen de Jenny. La Fiscalía ordenó un allanamiento en la vivienda del joven y se encontraron rastros de sangre. Los investigadores también se percataron de que el sospechoso portaba una camándula, pero sin el dije, lo que concordaba con lo encontrado en la escena del crimen.
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Para la Fiscalía, Sergio había asesinado a Jenny porque estaba embarazada y no quería que se hiciera pública la relación clandestina que mantenían, pues él tenía novia. En abril de 2014, tres meses después del homicidio, Gerena fue capturado. La Fiscalía le imputó el cargo de homicidio agravado, él no aceptó.
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Meses más tarde, en septiembre de 2014, Sergio aceptó haber asesinado a Jenny Castro en una zona rural de Barbosa, Santander.
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