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Secta satánica, feminicidio y engaño: la desgarradora historia de Brenda Pájaro en Barranquilla

Brenda Pájaro tenía 43 años cuando fue víctima de feminicidio en Barranquilla. ‘El Satánico’, como se hacía llamar Tomás Manuel Maldonado Cera, marcaba a sus víctimas con símbolos relacionados a una secta satánica.

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El 25 de julio de 2018 es la fecha en la que los habitantes de Barranquilla no olvidarán el atroz crimen de Brenda Pájaro, una mujer víctima de feminicidio que se volvió la cara de las mujeres asesinadas de la época.

Pájaro tenía 43 años, era madre cabeza de familia de cuatro hijos y hacía todo para sacar a sus hijos adelante. Gisela Durán, es la hija mayor, después tuvo a su segunda hija, fruto de otra relación amorosa, Linda Durán. Su tercera hija, nació con una discapacidad llamada parálisis cerebral espástica, uno de sus momentos más duros. Después, nace su último hijo, sin embargo, tiempo después su matrimonio terminó, algo que para Brenda había sido muy doloroso. “Cuando él la dejó, ella cayó en depresión”, aseguró, su hija Linda.

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Esta familia tuvo momentos difíciles, pero nunca pensó que sucedería algo como lo ocurrido la noche del 25 de julio, un hecho que les cambiaría la vida. “Mi mamá era una mujer alegre, que le encantaba pasear, viajar. Muy colaborativa en todo momento, veía a alguien que necesitaba algo y ahí estaba ella extendiéndole la mano”, afirmó Linda.

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Brenda como madre soltera hizo todo lo posible para sacar adelante a sus cuatro hijos, entre las cosas que aprendió fue a confeccionar, realizó cursos de muñecos de Navidad, y fabricaba diferentes decoraciones que le pedían sus clientes. Justo el día de su desaparición, tenía una entrega que le enorgullecía enormemente, un pedido para el centro de rehabilitación donde llevaba todos los días a su hija en condición de discapacidad.

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Ella llegó esa tarde al centro y entregó su pedido. Después, se encontró con su amiga Ana Lucía, quien también llevaba a su hijo a ese lugar. “Nos sentamos, fuimos a merendar y después salimos a hablar, se despidió y me dijo que iba a ir hacer unas diligencias”, comentó.

Pasaron alrededor de 12 horas y su familia empezó a preocuparse al no conocer su ubicación. No sabían nada de ella, tampoco contestaba el celular. ¿Dónde podría estar Brenda Pájaro? Al día siguiente las hermanas mayores se contactaron para emprender la búsqueda. “Empezamos a llamar a todo el mundo, familia, amigos, preguntando sí habían hablado con ella”, comentó Gisela Durán.

La Policía no podía hacer nada hasta que no se cumplieran las horas requeridas para reportar la desaparición, por lo que, sus hijas empezaron a repartir volantes para tener alguna pista o dato que les permitiera dar con el paradero de Brenda Pájaro. “En realidad no fue una información tan real, siempre fue que la veían, pero nunca la encontramos en esos lugares. Decían que la habían visto con alguien, en algún parque, no sabíamos en realidad que creer”, aseguró su hija.

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La desaparición de Pájaro la recibió el Gaula de la Policía del Atlántico tres días después de no tener rastro de ella. El subintendente Óscar Ojeda quedó a cargo del caso. “La primera hipótesis que teníamos fue de abuso sexual, para esa época se habían presentado varios casos similares, donde las mujeres eran desaparecidas, y posteriormente, eran encontradas en estado de escopolamina”, afirmó Ojeda.

No obstante, muchas veces tanto sus familiares como el Gaula recibieron llamadas y alertas falsas, lo que confundía y preocupaba más a sus cercanos. Tras una semana de la desaparición, Gisela revisó el correo de su madre, quien tenía enlazado con su celular, ahí pudieron descubrir cuál había sido su última ubicación.

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Las unidades policiales hicieron todo un barrido de búsqueda, en el sector de Miramar, al norte de Barranquilla. “Fue un proceso bastante complicado y difícil porque en ese momento todos tuvimos la esperanza de volverla a ver con vida. Ese brillito de que la íbamos a encontrar con vida se nos apagó el día que nos dijeron que encontraron una mujer en un monte”, comentó Linda Durán.

La angustia de la familia se prolongaba, mientras las autoridades seguían con la búsqueda. El 28 de agosto de 2018, los investigadores junto a los agentes de la Policía encontraron el cuerpo sin vida de una mujer, alrededor de las cuatro de la tarde. La víctima se encontraba boca abajo, semidesnuda, con un pequeño panty en las piernas y un brasier negro. Su hija Gisela, reconoció algunas de las pertenencias que coincidían con las de su madre, Brenda Pájaro, su identidad estaba totalmente descubierta.

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“Mi mente quedó totalmente en negro, quedé en shock, yo lo que hacía era llorar, llorar y llorar”, aseguró Linda Durán. La causa de muerte habría sido un golpe en la cabeza con un objeto contundente -una piedra-, además, presentaba una herida en el cuello, y unos signos de fractura en el dedo anular y corazón de la mano derecha. En el lugar de los hechos, había unos condones lo que suponía un presunto abuso sexual.

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La intensa búsqueda para dar con el asesino de Brenda requirió revisar cientos de horas de las cámaras de la ciudad, para poder revisar los movimientos y la ubicación de la víctima. En una de ellas, se ve como Brenda caminó al lado de un hombre, cuya identidad no se reconoce, y en menos de una hora, el hombre se ve caminando de vuelta totalmente solo.

Para hallar la identidad del sujeto, las autoridades detallaron la camioneta en la que se había visto al sospechoso con Brenda. Durante seis meses de búsqueda no encontraron al dueño del vehículo. Sin embargo, Gisela recordó que alguna vez vio a un hombre con esa referencia de auto, Tomás Manuel Maldonado Cera , quien dejó de trabajar como transportador del centro de rehabilitación en 2016. No obstante, seguía en contacto con Brenda.

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El presunto feminicida hacía parte de una secta satánica, donde hacía rituales en diferentes sectores de la ciudad. Era más conocido como ‘El Satánico’. El Gaula inspeccionó que la ubicación de Maldonado coincidía con la de Brenda el día de su muerte. El 18 de febrero de 2019, se capturó al hombre por feminicidio agravado y acceso carnal violento.

“Las víctimas siempre tenían señales en el cuerpo, o tenían dedos mutilados, tenían figuras en la cara, si le hizo esto a estas personas que le habrá hecho a mi mamá”, afirmó Linda Durán.

Una de las evidencias más importantes fue el celular de Maldonado, donde se encontraron mensajes comprometedores con Brenda, lo que evidenciaba que tenían una relación amorosa. Lo que se infería -en los videos- es que había una cercanía entre ambos.

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Debido a la pandemia, el juicio tuvo varios aplazamientos, pero en agosto de 2023, el juzgado emitió su fallo. Una pena de 46 años de prisión para este hombre que arrebató la vida de mujeres luchadoras, y que marcó para siempre a sus familiares. Según la Fiscalía, este hombre ya tendría al menos ocho casos por feminicidio, además de otros seis que se encuentran en etapa de investigación.

Las cifras son alarmantes, pues solo para el 2023, se reportaron en la región cientos de casos de agresiones, y al menos 35 feminicidios.

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