A principios de febrero del 2022, en el tranquilo municipio de El Águila, zona rural de Cartago, en el Valle del Cauca, los habitantes fueron sorprendidos por una serie de crímenes atroces a mototaxistas. Todo comenzó con el descubrimiento del cuerpo de María Liliana Ramírez, de 28 años, en un cafetal cercano. Presentaba múltiples heridas de arma blanca, señalando un acto de violencia repudiable que dejó a la comunidad en estado de shock.
El 14 de febrero, apenas días después del primer homicidio, ocurrió otro ataque similar. Yamileth Archila Cáceres, también mototaxista y madre de 33 años, fue atacada en circunstancias muy parecidas. Aunque gravemente herida, logró sobrevivir y brindar detalles cruciales a las autoridades. Estas pistas fueron fundamentales para avanzar en la investigación y hallar al responsable.
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El patrón de ataques continuó cuando se descubrió el cuerpo de Marco Aurelio Muñetón, un hombre de 42 años, también mototaxista. Al igual que las víctimas anteriores, presentaba heridas similares de arma blanca. Este nuevo crimen aumentó la incertidumbre y la necesidad de las autoridades para identificar y detener al homicida antes de que causara más daño.
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Así el perfil del asesino de mototaxistas en el Valle del Cauca
Las autoridades estaban ante un asesino en serie que cazaba a sus víctimas a través de las redes sociales, sabía cómo ganarse su confianza para luego llevar a cabo su macabro plan en zonas alejadas como los cafetales.
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Con el aporte crucial de Yamileth Archila y otros elementos de la investigación, las autoridades finalmente identificaron a Devany Antonio Correa Suarez como el autor de estos horribles crímenes. El señalado, de 36 años, fue capturado después de una búsqueda intensiva y enfrentó un juicio que concluyó con su condena a 25 años de prisión por homicidio y otros cargos relacionados.
Estos incidentes dejaron una profunda cicatriz en la comunidad de El Águila y Cartago, recordando la vulnerabilidad de quienes trabajan en servicios de transporte informal, especialmente en áreas rurales. La captura y condena del culpable ofreció un poco de consuelo y justicia a las familias de las víctimas, aunque el dolor y la pérdida seguirán en la memoria de la comunidad por mucho tiempo.
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