En julio del año 2014 ocurrió una tragedia que estremeció a los habitantes de Cartagena, una joven llamada Kellys Zapateiro de 28 años, madre soltera y con un bebé en camino, desaparición sin dejar rastro. Sus familiares y amigos extrañados por su ausencia comenzaron una búsqueda desesperada porque según ellos, no era normal que una mujer responsable con su hijo no apareciera luego de haber salido de casa con una amiga.
Un estremecedor hallazgo, un brazo humano aparentemente desmembrado a las afueras de Cartagena había sido encontrado por un canino. ¿Tendría algo que ver con la desaparición de Kellys Zapateiro? El caso de esta joven madre había tomado a todos por sorpresa, su madre, Iris Guzmán, aseguraba que su hija había salido de su casa ese día de julio de 2014 con una vecina Josefa Cardona, de 32 años, ella también estaba supuestamente embarazada y casualmente la noche de la desaparición había llegado a un hospital con un bebé. ¿Por qué su amiga se negaba a dar información real del paradero de la joven desaparecida y quien estaba próxima a dar a luz?
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Finalmente fue confirmado, a Kellys Zapateiro le habían extraído a su bebé de la manera más escabrosa y posteriormente la asesinaron. Los señalados fueron capturados, había pruebas técnicas, pero había una prueba grande para demostrar su culpabilidad: un motivo. Según las autoridades, la joven de 28 años había sido víctima de dos mentes criminales: su amiga Josefa Cardona y Andrés Díaz Zabaleta, un uniformado de la región con quien Josefa había planeado el brutal crimen varios meses atrás. Aunque ya habían sido capturados, la justicia tendría que probar ante un juez su responsabilidad con pruebas contundentes.
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Kellys Zapateiro Gúzmán, de 28 años, fue asesinada, desmembrada y calcinada el 11 de julio de 2014 para arrebatarle el bebé que llevaba en su vientre. Ese día Josefa Cardona, amiga y vecina de Kellys llegó con un bebé hasta un hospital cercano, en donde aseguró haber dado a luz en la calle. El caso se conoció luego que se encontrara a un perro jugando con un brazo humano en cercanías a la estación de Policía de Manzanillo del Mar. El miembro, que pertenecía a Kellys Zapateiro, fue la única parte de su cuerpo que se pudo rescatar. Tras la investigación realizada por hombres de la SIJIN se cotejaron el ADN de la mano que encontraron y el del bebé, y corroboraron que efectivamente el pequeño no era de Cardona sino de Zapateiro, por esta razón las autoridades determinaron que un expolicía conocido como Andrés Díaz Zabaleta fue cómplice de Josefa Cardona y juntos cometieron el atroz crimen. Se les imputaron los delitos de homicidio agravado, desaparición forzada agravada y secuestro simple. Los dos homicidas fueron condenados a 60 años de prisión.
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