Luis Ascuntar, un bombero de 57 años de la Aeronáutica Civil y prestamista en Pasto, desapareció el 11 de abril de 2019. Aquella mañana, salió de su casa para cumplir una cita laboral y nunca regresó. Conocido por su bondad y dedicación a su familia, su desaparición desconcertó a todos. No tenía enemigos, aseguraban sus familiares y amigos, que no podían entender qué había sucedido.
El Gaula de la Policía, junto a los seres queridos de Luis, inició una búsqueda exhaustiva. La familia de Luis estaba desesperada por encontrarlo y las autoridades trabajaban sin descanso. Al cuarto día de su desaparición, la familia recibió un mensaje de rescate exigiendo $500 millones de pesos. Este mensaje convirtió el caso en una investigación de un posible secuestro.
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Las autoridades rastrearon los últimos movimientos de Luis y las personas con las que había interactuado en los días previos. Los nombres de Cristina Arcos y Blanca del Carmen, dos hermanas conocidas de la víctima, surgieron rápidamente. Luis les había prestado dinero en varias ocasiones y se había reunido con ellas poco antes de desaparecer.
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Cristina Arcos se convirtió en el foco de las autoridades. En su testimonio inicial, omitió un detalle crucial: otra mujer los había acompañado cuando se encontró con Luis Ascuntar en un restaurante. Este hecho levantó sospechas. ¿Por qué ocultar información?, se preguntaban los investigadores. Para las autoridades, era llamativo que Cristina Arcos hubiera escondido ese dato.
Cinco meses después de la desaparición, la presión de la investigación dio frutos. "Lo que nos había dicho en las primeras versiones no era tan ajustado a lo que la parte técnica nos demostraba", comentó el coronel Giovanni Cristancho, director de la Dirección Antisecuestro y Antiextorsión de la Policía Nacional. Las pruebas demostraron que Cristina mentía.
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Cuatro pruebas clave incriminaron a Cristina: videos que la mostraban con Luis Ignacio el día de su desaparición, el mensaje extorsivo enviado desde su teléfono, retiros de dinero de las cuentas de la víctima realizados por ella y un motivo económico evidente. Estas evidencias permitieron a las autoridades emitir una orden de captura contra Cristina y Blanca del Carmen, acusadas del asesinato de Luis.
Tras la captura de Cristina, las autoridades encontraron los restos de Luis Ascuntar en un lugar remoto, siguiendo las indicaciones de la propia Cristina. Finalmente, ella confesó y delató a su hermana. La confesión no solo reveló el lugar donde estaba el cuerpo de Luis, sino también la frialdad y premeditación con la que había actuado.
El caso concluyó con la captura de Blanca del Carmen, arrestada seis meses después. Ambas hermanas fueron condenadas a 18 años de cárcel tras realizar un preacuerdo con la Fiscalía.
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La comunidad de Pasto y su familia siguen recordando a Luis Ignacio como un hombre bondadoso y trabajador.