El 19 de junio de 2019, un atroz crimen estremeció a los habitantes de Soacha. Las autoridades encontraron los cuerpos sin vida de una madre comunitaria y su pequeña hija al interior de su vivienda. La víctima, Doris Góngora, había acondicionado en su casa un jardín infantil. Un día, varias madres fueron a dejar a sus hijos en ese lugar, como era de costumbre, pero nadie abrió.El Rastro reveló los testimonios impactantes de esta tragedia y encontró al culpable del asesinato.
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El día de los hechos, Luz Adriana González, quien dejaba a su hijo al cuidado de Doris, golpeó la puerta de la vivienda reiteradas veces, sin respuesta. “Se nos hizo muy raro porque cada vez que la profesora no iba a estar nos avisaba vía WhatsApp o vía telefónica”, aseguró la mujer.
Un hecho que para todas las mamás que estaban esperando era inusual, pues mencionaron el compromiso y responsabilidad que caracterizaba a la profesora Doris Góngora, de 34 años, quien vivía con su hija menor, Luisa Fernanda.
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La Policía llegó al lugar y encontró rastros de sangre en la puerta. Al ingresar, el cuerpo de Doris fue hallado en la cocina con varias heridas en el cuello, pecho y cabeza, causadas con arma cortopunzante. En el segundo piso de la vivienda, cerca al cuarto principal, encontraron el cuerpo sin vida de la menor de 8 años.
Las primeras hipótesis por parte de las autoridades apuntaban a que se había tratado de un robo. Sin embargo, un detalle llamó la atención de la Policía: un bafle abierto a la fuerza que tenía machas de sangre. ¿Quién y por qué las asesinaron?
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Otras de las pruebas para determinar quién era el culpable fue una marca de sangre dejada por el zapato del agresor. Además, el hijo mayor de la víctima aseguró que su madre guardaba dinero debajo del colchón y dentro del bafle. Así las cosas, fue evidente que la persona que cometió el crimen tenía conocimiento sobre ese dinero.
Esa misma noche, por el sector las autoridades habrían requisado a un joven que llevaba un arma cortopunzante con sangre, ellos sin conocer sobre el brutal ataque lo dejaron ir al escuchar su relato. Según él, se había cortado cuando estaba en su trabajo como vigilante.
El arma cortopunzante fue clave para determinar de quién era la sangre. Tres días después de la muerte de Doris y su hija, el resultado evidenció que la sangre pertenecía a las víctimas.
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¿Quién fue el homicida de Doris y su hija Luisa Fernanda?
El hijo mayor de la víctima aseguró que el día que encontraron los cuerpos, su primo Jorge Trujillo ingresó a la vivienda preguntando qué le había pasado a su tía. Sin embargo, nadie creía que este fuera el homicida, pues, según los familiares Trujillo, era como el segundo hijo de Doris, ella lo alimentaba, cuidaba, y estaba pendiente de él.
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El 21 de junio de 2019, las autoridades hicieron un allanamiento a la vivienda de Jorge Trujillo, para determinar si el zapato y las marcas que encontraron coincidían con su sangre. Dentro del inmueble, hallaron las evidencias para dar con su captura.
El juzgado primero penal del circuito de Cundinamarca lo condenó a 60 años de prisión como autor de los delitos de homicidio agravado, sin derecho a rebaja, porque dentro de las víctimas había una menor de edad. Lo recluyeron en la cárcel La Picota.
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