El asesinato de Andrés Felipe Fierro, un ingeniero ambiental de 24 años, sacudió a la comunidad de Florencia, Caquetá, en junio de 2015. Lo que inicialmente parecía un crimen relacionado con su trabajo, se transformó en una compleja trama de infidelidad y venganza que dejó a todos atónitos. El Rastro investigó en el 2017.La mañana del 6 de junio de 2015, la Sijín atendió un llamado urgente que reportaba la presencia de un cuerpo a las afueras de Florencia. Un transeúnte había encontrado el cadáver a un costado de la carretera, con múltiples heridas de machete y signos de tortura. Las autoridades, al no encontrar documentos de identificación, sospecharon que la víctima podría ser Andrés Felipe Fierro, quien había sido reportado como desaparecido.Jennifer Posada Gutiérrez, una enfermera de 27 años y novia de Andrés Felipe, fue contactada por las autoridades para realizar un reconocimiento fotográfico. Al mediodía, se confirmó que el cuerpo encontrado era el de Andrés Felipe. La noticia dejó a Jennifer en shock, pero lo que descubrirían las autoridades en los días siguientes sería aún más sorprendente.Inicialmente, se creyó que el homicidio estaba relacionado con el trabajo de Andrés Felipe, quien se dedicaba a cerrar mataderos clandestinos que no cumplían con las normas de salubridad. Sin embargo, una semana después del crimen, la tía del joven reveló una información crucial: Andrés Felipe le era infiel a su novia con una empleada de su heladería, Rocío Quintero Ruiz.La mujer estaba casada y tenía dos hijos, se encontraba en diferentes lugares con Andrés Felipe. Su esposo, Harold Villegas, no levantó sospechas inicialmente, pero la investigación reveló su implicación en el crimen.(Lea también: Le dispararon, lo enterraron y creyeron haberlo matado, pero sobrevivió y los delató)Un giro inesperado en la investigaciónAunque Jennifer podría haber sido una sospechosa, las autoridades descubrieron que no tenía antecedentes y, lo más importante, no sabía de la infidelidad de su novio. La atención se centró entonces en Rocío Quintero Ruiz y su esposo, Harold Villegas, un albañil de 36 años.La noche anterior al asesinato, un hombre en un taxi buscó a Andrés Felipe en su casa y en la de su novia. Andrés Felipe salió después de las 11 p.m., pero nunca llegó a su destino. La madre de Jennifer describió al hombre como mono, bajito, blanco, de ojos verdes y con cicatrices en la cara, características que coincidían con Harold Villegas.Gracias a una cámara de seguridad cercana a la casa de Andrés Felipe, se captó el paso del taxi y un forcejeo dentro del vehículo. Dos meses después del asesinato, el rastreo de números de celular reveló que Andrés Felipe había hablado con Rocío la noche del crimen. Sin embargo, estas pruebas no eran suficientes para ordenar la captura de los sospechosos.La confesión que reveló todoEn noviembre de 2015, un sobrino de Harold se acercó a las autoridades y reveló que su tío le había pedido ayuda para asesinar a Andrés Felipe. Al no acceder, Harold buscó la complicidad de su hermano, Robinson Villegas, un taxista. La noche del crimen, Rocío sacó a Andrés Felipe de su casa, lo subió al taxi y lo llevaron a una zona alejada, donde Harold lo atacó con un machete.La vida para la pareja continuaba normalmente, pero meses después ella renunció a la heladería de la tía de Andrés Felipe, lo que encendió las alarmas. Había indicios que tenían planes de salir del país.(Lea también: La historia de la misteriosa desaparición de un niño tras aceptar dulces de un extraño en Manizales)Pese a las pruebas, Rocío y Harold huyeron a Perú. Por las fotos en Facebook se demostró que estuvieron también en Brasil y finalmente en Argentina. La tía del ingeniero contactó a Rocío por redes sociales y ella le contó que su esposo había vuelto a Colombia.En mayo de 2016, Harold fue capturado en Florencia cuando intentaba llevarse a sus hijos. Asimismo, gracias a un retén de la Policía, su hermano fue capturado.Harold confesó el crimen y reveló algunos detalles de lo que sucedió esa noche. El día de los hechos, en el taxi iban Harold, su esposa Rocío, su hermano Robinson y otro taxista llamado Ferney Ordoñez. Buscaron a Andrés Felipe y Harold, haciéndose pasar por Rocío desde su celular, lo citó. Le dijo que pasaría a recogerlo en un taxi y lo llevaron a la zona donde fue encontrado.Harold lo agredió con un machete, señaló que perdonó a Rocío y decidió continuar con el matrimonio. También aceptó los cargos de homicidio agravado y tortura, y fue condenado a 32 años de cárcel. Ferney Ordoñez también fue capturado.Rocío estaba prófuga de la justicia y seguía fuera del país, publicando fotos con una nueva pareja, al parecer argentino.(Lea también: Una extraña prueba de supervivencia y una vida paralela pusieron al descubierto a un feminicida)La mujer fue capturada en Posadas, provincia de Misiones en Argentina en 2023. En agosto de 2024, un juez condenó a Rocío Quintero Ruiz a 41 años de prisión por su responsabilidad en los delitos de homicidio agravado, tortura y hurto agravado, según el portal Análisis Urbano. Para ese momento, las autoridades colombianas estaban gestionando su extradición a Colombia.
Sandra Yesenia Bernal, madre de cinco hijas y embarazada de su sexto hijo, desapareció en Socorro, Santander, y fue hallada sin vida el 2 de septiembre de 2016. Su cuerpo fue encontrado en una zona boscosa, lo que llevó a las autoridades a emprender una incansable búsqueda para dar con los responsables de este atroz crimen. El Rastro conoció el caso en 2018.Misteriosa desapariciónSandra solía asistir a sus controles prenatales junto a su vecina Esilda María Díaz, quien también estaba embarazada. Ambas se apoyaban y cuidaban mutuamente, pero el día de los hechos, Sandra decidió ir sola a su cita.Al salir de su cita, Sandra le informó a su familia que se encontraría con una amiga, quien le entregaría un dinero a cambio de ayudarla a recuperar una guaca. Aunque más tarde dijo que desistiría de la idea, nadie volvió a verla. ¿Qué sucedió?(Lea también: Le dispararon, lo enterraron y creyeron haberlo matado, pero sobrevivió y los delató)La última persona en verla con vida fue su tío Salomón, quien la siguió hasta una vereda donde Sandra tenía la cita para recuperar el dinero. Al no notar nada inusual, su familiar decidió marcharse.Horas después, su familia, angustiada, intentó comunicarse con ella, pero no obtuvo respuesta. Con cada minuto que pasaba, la incertidumbre sobre su paradero aumentaba. Aproximadamente a las 10 de la noche, una de sus hijas acudió a una estación de Policía para reportar la desaparición de su madre, quien tenía 9 meses de embarazo.Mientras eso sucedía, en otro punto del municipio, Luz Delia Herrera atendía a los clientes en su tienda. De repente, un taxi se detuvo frente al lugar y de él bajó una mujer con un bebé en brazos, quien lloraba desconsoladamente.“Eso me conmovió y la dejé entrar a mi casa. Me dijo que había ido a una finca para dar a luz sola", reveló Luz Delia.Las autoridades fueron alertadas sobre la mujer que había dado a luz y, de inmediato, se dirigieron al lugar, sospechando que podría tratarse de Sandra, la embarazada desaparecida.Al lugar acudió Brenda Katherine, hija de Sandra, para verificar si se trataba de su madre. Sin embargo, lo que vio la sorprendió aún más: la mujer que estaba allí era Esilda, la vecina de Sandra, quien también estaba embarazada.(Lea también:La historia de la misteriosa desaparición de un niño tras aceptar dulces de un extraño en Manizales)Pistas claves del crimenAl día siguiente, el paradero de Sandra seguía siendo un misterio. Los hechos consternaron a las autoridades, quienes iniciaron una búsqueda en el lugar donde ella había acordado encontrarse para sacar el dinero.En ese lugar, las autoridades hallaron una jeringa con una sustancia química, así como rastros de sangre y cabello. El cuerpo de Sandra fue encontrado enterrado, aparentemente, en el mismo hueco que ella había cavado mientras buscaba la supuesta guaca.El cadáver presentaba múltiples traumas, especialmente golpes contundentes en la cabeza. Las autoridades concluyeron que a Sandra le habrían inyectado un medicamento para sedarla o inmovilizarla, lo que posiblemente la dejó vulnerable ante los agresores.Además, el reporte de Medicina Legal concluyó que a Sandra le había extraído el bebé. Pero, ¿quién tenía al recién nacido?Luego de que los médicos atendieran la supuesta emergencia de Esilda María Díaz, quien afirmaba haber dado a luz, lograron comprobar que en realidad no había tenido ningún parto, pues la mujer había perdido a su bebé días antes del crimen. (Lea también: Hombre abusó y mató a dos niños en la Sierra Nevada: vivían bajo el mismo techo)La verdad detrás del atroz crimenNo obstante, Esilda aseguró a la Policía que un hombre le había entregado a la bebé. Sin embargo, al considerar que su versión no era creíble, las autoridades procedieron a capturarla.La mujer proporcionó información sobre el sujeto que supuestamente le había entregado a la bebé. Se trataba de Juan Carlos Vega, más conocido como ‘Cindy’, un hombre de 26 años con antecedentes por hurto.En el momento de su captura, el joven usaba muletas debido a un accidente. Las autoridades descubrieron que estas tenían rastros de sangre, los cuales coincidían con el ADN de Sandra, lo que lo vinculaba directamente con el crimen.El sujeto aceptó los cargos por homicidio agravado, tráfico de menores y el de secuestro simple. Cumple su condena de 25 años de prisión en la cárcel de máxima seguridad de Palogordo en Girón, Santander.El Rastro obtuvo una entrevista con Juan Carlos Vega, quien reveló detalles escalofriantes sobre lo que ocurrió con Sandra y su bebé.“Ese día yo iba con la mentalidad de robarla, no de matar a nadie. Ella –Esilda- le había montado una película a Sandra que era para destapar una guaca. Me dio una cuerda que para que yo la ahorcara”, reveló Juan Carlos Vega.Al parecer, Esilda no solo le administró el medicamento para dormirla, sino que también improvisó una cesárea. Sin embargo, durante el procedimiento, Sandra despertó, y Juan Carlos la golpeó brutalmente en la cabeza, acabando con su vida. “Ella -Esilda- me dijo que si estaba dispuesto a matarla, que me iba a dar $5 millones”, aseguró.Esilda María Díaz fue condenada a 35 años de prisión por los mismos delitos. Condena que cumple en la cárcel de Chimitá en Bucaramanga.
Lina Paola Vázquez Robledo, de 37 años, relató en Séptimo Día que su padre Jesús María Carranza la abandonó antes de nacer y desde niña tuvo que enfrentar numerosas dificultades económicas y emocionales. Sin embargo, hoy, lo que más la indigna es que, después de tantos años de ausencia, su papá reapareció para demandarla por alimentos."Yo no recuerdo, yo no tengo en mi mente jamás recibir una llamada de cumpleaños de él, ni siquiera lo conocía físicamente", afirmó Lina.Aunque su madre Yolanda Vázquez hizo todo lo posible vivieron muchas dificultades. "Pasamos bastantes necesidades, recuerdo que vivimos en habitaciones como en alquiler", comentó Lina.Yolanda Vázquez conoció a Jesús Carranza mientras trabajaba como vendedora en un almacén del centro de Bogotá a sus 18 años. Tras unos meses de noviazgo, Yolanda quedó embarazada y descubrió que Jesús tenía una esposa y un hijo. "Ese hombre se perdió", afirmó.Jesús Carranza se negó a reconocer legalmente a Lina. Mientras tanto, ella y su madre enfrentaban dificultades económicas.(Lea también: Padre acusado de abandono demandó a su hija por alimentos: pide más de $2 millones para domicilios)Una demanda por alimentosEn 1993, Yolanda interpuso una demanda por alimentos contra Jesús Carranza. Aunque una prueba de paternidad confirmó que él era el padre biológico, la justicia tardó en actuar.No fue sino hasta 2003 que se emitió una sentencia ordenando a Jesús a pagar una cuota alimentaria del 50% de un salario mínimo y privándolo de la patria potestad de Lina. La sentencia parecía ser un paso hacia la justicia, pero Jesús Carranza evadió la orden judicial, transfiriendo sus bienes a nombre de su esposa e hijos para evitar el pago.Así pasó el tiempo y a pesar de la sentencia, Jesús Carranza continuó evadiendo sus responsabilidades. "Todo el tiempo dijo ‘ella ya es mayor de edad, yo no le tengo que pagar’ y el juez le decía ‘es que usted no le tiene que pagar en este momento sino el retroactivo de lo que nunca le dio’", relató Lina.En 2019, Jesús Carranza comenzó a recibir descuentos de su pensión para cubrir los años de manutención no pagados. Sin embargo, en 2020, Lina se sorprendió al recibir una citación de su padre, quien le pidió que lo exonerara de la cuota alimentaria."La primera vez que yo lo veo a él lo veo citándome a pedirme que le exoneraran una cuota de alimentación", relató. La demanda fue rechazada, pero el hecho de que su padre la buscara para pedirle algo después de tantos años de abandono indignó a Lina.(Lea también: Padre señalado de abandono y maltrato a sus hijos los demandó y ahora dice que no los conoce)Una nueva demandaEn 2022, Jesús Carranza reapareció, esta vez solicitando una cuota de alimentos de un millón de pesos. "Yo le dije ‘no, usted tiene hijos, pídales a sus hijos’", afirmó Lina. Al no aceptar la propuesta, Jesús interpuso una demanda por alimentos contra ella, que terminó en el embargo de su sueldo en mayo de 2022.El proceso judicial se prolongó durante varios meses, y el 22 de octubre de 2024, la jueza Laura Luzma Castro fijó una cuota alimentaria de $400.000 pesos mensuales a favor de Jesús Carranza.Lina afirmó que su padre omitió mencionar que tenía una pensión y otros ingresos. "La justicia a un papá que abandona nunca lo castiga de esa manera, pero a los hijos que sí salimos adelante nos castiga", lamentó Lina.La batalla legal contra su padre continúaLina interpuso una tutela tras el fallo, y el Tribunal Superior de Bogotá ordenó revisar la sentencia, considerando los ingresos de Jesús Carranza. A pesar de esto, ella sigue destinando el 20% de su salario para su padre, el hombre que la abandonó y nunca le dio su apellido.Séptimo Día intentó contactar a Jesús Carranza, pero cuando él vio al equipo periodístico salió corriendo.(Lea también: Padres ausentes aparecen años después para demandar a sus hijos: "Él nunca estuvo, no lo conocí")"Me da mucha tristeza saber que un papá puede tener 10, 20 hijos y nunca hacer nada por ninguno de ellos, pero 30 años después, cuando los necesita, puede venir a exigir lo que nunca entregó", relató Lina.
Jorge Cangrejo, un hombre de 59 años, sobrevivió a un violento secuestro en marzo de 2014, en el que dos delincuentes lo retuvieron, le dispararon y lo enterraron. Milagrosamente, salió ileso del ataque. Todo ocurrió cuando, preocupado por el robo de su ganado, decidió investigar lo que estaba sucediendo.El Rastro conoció el caso en 2018 y logró obtener el milagroso testimonio de este hombre en Santana, Huila. No solo sobrevivió, sino que también se convirtió en el primer aliado de las autoridades para esclarecer los hechos. “Pocas personas pueden contar la historia que yo estoy contando”, dijo Jorge.¿Qué pasó?Cuando Jorge Cangrejo descubrió que le faltaba parte de su ganado, inició una intensa búsqueda para dar con el ladrón. Al cabo de 15 días, su ganado perdido se redujo a una decena. Cada uno de sus bovinos tenía un valor de un millón quinientos mil pesos. Lo que le generaba una gran pérdida y preocupación.(Lea también: Una voz del más allá 'ayudó' a un hombre al que le dispararon y enterraron vivo en Huila)Antes de acudir a las autoridades, Jorge recibió una llamada de un vecino de la zona, quien le aseguró haber encontrado uno de sus bovinos. Sin embargo, cuando Jorge llegó al lugar indicado por Gentil González, el animal no estaba allí.“Él me dijo que bajara el río, que ahí pasaba el torete y que lo enlazara ahí. Entonces yo le dije ‘¿qué pasó? ¿dónde está?’ Y él me dijo que iba río abajo”, aseguró.Impaciente, decidió seguir caminando en busca de su bovino, pero no encontró rastro alguno. En el camino, se topó con dos hombres que se le acercaron con la intención de agredirlo. “Me gritaron: Alto, baje las manos. Entonces yo volteé a mirar y dije ‘¿por qué hacen esto conmigo? Yo no estoy haciendo ningún mal aquí ni me estoy robando nada’”, mencionó.Los hombres que lo interceptaron no eran desconocidos para Jorge. Él los identificó como José Nelson Ramírez y un joven llamado Juan Gabriel. A pesar de la relación previa, lo ataron y lo obligaron a caminar durante horas por la orilla del río.Después de caminar durante horas con las manos atadas, Jorge Cangrejo, exhausto, se negó a seguir avanzando. Sus captores, enfurecidos, lo golpearon brutalmente para obligarlo a continuar el trayecto.“Yo lo vi que sacó el revólver y dijo ‘vamos a matarlo’. Yo lo que hice fue quitarme el sombrero, santiguarme y me puse a invocar a la Virgen del Carmen porque yo dije ‘ya llegó la hora’”, así relató Jorge sobre aquellos angustiosos momentos.(Lea también: La historia de la misteriosa desaparición de un niño tras aceptar dulces de un extraño en Manizales)Así logró sobrevivirUno de los secuestradores le disparó en la cabeza a Jorge. Sin embargo, el tiro no fue mortal. Aún consciente, logró escuchar a sus captores discutir sobre la intención de enterrarlo.Mientras todo ocurría, Jorge, asombrado de haber sobrevivido al disparo, decidió fingir estar muerto. A pesar del peligro, comprendió que era su única oportunidad en una situación sin salida.Los hombres golpearon a Jorge para asegurarse de que realmente estaba muerto. “Yo estaba con los ojos cerrados y me quedé quieto, pensando que si los abría, me dispararían otra vez”, relató Jorge.Su cuerpo fue enterrado junto al río mientras su respiración se debilitaba. El agua subía, y escapar parecía cada vez más difícil, pues seguía atado e inmóvil.Cuando sus captores se marcharon, ocurrió lo inesperado. Jorge relató que una voz, como salida de otro mundo, le susurró: ‘mueva la mano, ya se soltó’. A pesar del intenso dolor, reunió fuerzas para liberarse, salir del lugar y, finalmente, recibir atención médica.(Lea también: Hombre abusó y mató a dos niños en la Sierra Nevada: vivían bajo el mismo techo)Su testimonio contra los responsablesComo Jorge conocía la identidad de sus secuestradores, decidió denunciarlos, lo que llevó a las autoridades a iniciar una intensa investigación. Además, proporcionó el nombre de Gentil González, el vecino que le aseguró haber encontrado uno de sus bovinos y que, sospechosamente, lo condujo hasta el lugar donde fue secuestrado.Las autoridades rastrearon las llamadas y ubicaciones de los implicados, lo que permitió la captura de José Nelson y Gentil González. El otro sujeto se dio a la fuga.A ambos sujetos se les imputó el delito de tentativa de homicidio, porte ilegal de armas y secuestro simple agravado.Relatos desde la cárcelEl Rastro tuvo acceso a una entrevista con José Nelson en la cárcel de Neiva, donde reveló detalles escalofriantes del crimen. Este sujeto no dudó en señalar a Gentil González como el autor intelectual del plan macabro contra Jorge Cangrejo.“Él dijo que matáramos a ese señor. Yo me dejé llevar y ahí pasó todo”, confesó José Nelson, quien afirmó que Gentil González le había entregado el revólver y fue quien ideó el plan para que él y Juan Gabriel llevaran a cabo el secuestro.José Nelson afirmó que, después de enterrarlo, tomó un camino distinto al de Juan Gabriel. Sin embargo, al día siguiente, recibió una llamada de Gentil González, quien le advirtió que Jorge había sobrevivido.El testimonio de Jorge fue clave para la captura de los responsables. Aún con dolor, recuerda que quienes intentaron asesinarlo fueron amigos suyos.
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