La transición a energías limpias es el gran reto del mundo entero: pasar de los combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo, al uso de fuentes como el sol y el viento.
Según datos del Ministerio de Minas, Colombia llegó a los dos gigavatios de energía renovable en el sistema interconectado nacional; es decir, el 10% de todo el servicio del país es aportado por energía solar. “Eso en equivalencias significa atender una población como del tamaño de Medellín y bueno, vamos creciendo”, explica la presidente de la Asociación Colombiana de Energías Renovables, Alexandra Hernández, en Noticias Caracol en vivo.
La transición energética es un concepto que va más allá de instalar paneles solares o plantas eólicas, supone un cambio en la matriz energética y también en la demanda del consumo de combustibles fósiles. El medio ambiente es un beneficiado, pero quienes más lo celebran son las zonas no interconectadas. Tal es el caso de Cumaribo, en Vichada, el territorio más extenso de la nación y en donde hasta hace solo 3 meses tienen energía 24/7, todo gracias a una estrategia impulsada por el Gobierno nacional que alimenta la política de transición energética.
Andrés Camacho, ministro de Minas y Energía, dice que “le acuñamos un término de transición energética justa, ¿qué quiere decir esa justicia? Que tiene que incluir a los territorios, tiene que incluir a las comunidades, y en un país como Colombia, implica superar desigualdades, implica luchar contra la pobreza energética que existe en nuestro país”.
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En Colombia, el 52% del territorio es zona no interconectada. En otras palabras, más de un millón de familias no cuentan con el servicio de energía y otra cantidad importante solo lo tiene unas horas al día y, principalmente, con el uso de combustibles fósiles como el diésel.
Una de las misiones de las energías limpias es poder llevar soluciones a esas poblaciones y el encargado de hacerlo es el Ipse -Instituto de Planificación y Promoción de Soluciones Energéticas para las zonas no interconectadas-.
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La estrategia es masificar el uso de la energía renovable y “lo que ha permitido dar ese salto tan importante de reemplazar el diésel por energías no convencionales de energía renovable ha sido la energía solar fotovoltaica, que tiene una ventaja muy importante y es su facilidad, su practicidad”, explica Danny Fernando Ramírez, gerente de Ipse.
En el caso de Cumaribo, por ejemplo, se requerían aproximadamente 60 galones de diésel por hora para generar la energía del municipio en una hora pico. Ahora, con el sistema híbrido, ese consumo es de 20 galones en promedio, una tercera parte. El mayor porcentaje del servicio se produce hoy a través de 3.094 paneles solares.
Son “350 hogares (los que) gozan del beneficio del sistema solar fotovoltaico”, describe Ronald Mendivelzo, supervisor del parque solar.
El parque solar, en una hora pico de intensidad de luz, genera 1.400 vatios hora y el consumo del municipio, con 90 mil habitantes, es de 600 kilovatios hora. Es decir que los paneles generan el doble de energía que requiere el casco urbano de Cumaribo.
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Los resguardos indígenas no se quedaron sin beneficios. Mendivelzo indica que “se instalaron 1.068 sistemas solares fotovoltaicos individuales para aquellos resguardos, aquellas comunidades, que no gozaban del beneficio energético”.
“Nos ha fortalecido bastante en la educación superior, como es ingresar a la universidad a distancia virtual, entonces como comunidad nos ha fortalecido bastante”, cuenta Ruth.
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Durante 2024, en Colombia han entrado en operación 29 parques solares.
Proyectos de energías limpias tardan en entrar en operación
“Proyectos de pequeña y mediana escala se están tardando entre 3 y 6 años en entrar en operación, cuando realmente su tiempo de construcción es alrededor de 12 a 18 meses”, dice Alexandra Hernández.
“Si nosotros lográramos que los trámites, los permisos, se demorarán lo que la regulación dice que deben tardar, el tiempo de entrada de los proyectos se reduciría a la mitad, a la vuelta de 2 años podríamos tener toda la entrada en operación de todo ese portafolio de proyectos de energía renovables tan importante que tenemos por parte de la inversión privada para venir a Colombia”, asegura.
El ministro de Minas explica por qué se da esta situación: “Una Corporación Autónoma Regional, encargada del licenciamiento, tiene apenas 5 funcionarios, y de esos 5 funcionarios no todos están capacitados para estudiar lo que hoy significan estos proyectos. Entonces hemos venido dando pasos para mejorar la institucionalidad, que esté en condiciones de cumplir el propósito de la transición”.
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Energías limpias en la movilidad
Uno de los principales retos de las ciudades modernas gira en torno a la movilidad. En Colombia hay más de 7 millones de vehículos y 11 millones de motocicletas, pero menos del 1% del parque automotor en el país es sostenible. Eso significa que la mayoría circula por las calles, e incluso por vías fluviales, con gasolina, lo que genera un impacto negativo en las condiciones del medio ambiente.
Fernando Páez Mendieta, de la fundación Wri Colombia y que representa al Instituto de Recursos Mundiales en el país, explica que “la movilidad en general es un problema en las grandes ciudades a nivel global. (…) Hoy, en Colombia, más o menos el 82% de la población vive en centros urbanos, entonces ahí es donde empieza a surgir ese problema de la movilidad”.
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La movilidad sostenible no solo se remite a las capitales y a los vehículos eléctricos. Desde Magangué, en Bolívar, un proyecto que ya está en ejecución promete impactar positivamente el transporte fluvial. Hace tres años, 125 embarcaciones que funcionaban con motor diésel altamente contaminante hoy lo hacen a gas.
Sin embargo, uno de los principales retos que tienen las ciudades costeras como Magangué está en materia de movilidad sostenible, porque se estima que casi el 80% de los vehículos son motocicletas.
La situación es nacional. En Colombia circulan 11 millones de motos, de las cuales menos del 1% son sostenibles, eléctricas o amigables con el planeta.
Las ciudades más sostenibles del país en materia de movilidad en su orden son: Bogotá, Cali, Medellín, Funza y Envigado.
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