Se puede ser exitoso en ambos escenarios sumándole al esfuerzo una organización mucho mayor.
La primera clave es planear y organizarse por completo. Inicie cada semana teniendo claras las tareas que debe culminar: distribuya las tareas de oficina y estudio, según su agenda diaria.
Reconozca cuáles son las prioridades, clasifíquelas por orden de importancia y urgencia. Dedíqueles más tiempo a las que demandan más esfuerzo.
No pretenda hacer tareas del estudio y del trabajo a la vez, es mejor concentrarse en desarrollar una sola cosa. Tanto el trabajo como el estudio requieren toda su atención.
Programe también algunos tiempos libres. El cuerpo y la mente necesitan descansar para que su rendimiento sea mayor en la oficina y en el proceso de aprendizaje.