Corruptos en Colombia, tal parece, son más peligrosos que el mismo COVID-19. Revelan que, en algunas zonas, se quedan con plata para mercados e insumos médicos.
La Contraloría General prendió las alarmas por las presuntas irregularidades con los dineros que manejan las gobernaciones y las alcaldías del país.
Los primeros casos de sobrecostos se habrían presentado en compra de alimentos y kits de aseo en contrataciones realizadas en los municipios de Barrancabermeja y Girón, en Santander, y Coveñas y Sincelejo, en Sucre.
Otra de las alertas se prendió en la gobernación de Casanare.
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Según la investigación de la Contraloría, habrían adquirido 24 camas hospitalarias y 10 camillas de recuperación por un costo de $372.500 millones. Es decir, cada cama costó $11 millones cuando el valor debió ser $8.467.469, con un incremento del 29,9%.
También se descubrieron sobrecostos en Tocancipá, Cundinamarca, en el suministro de paquetes alimentarios y elementos de aseo personal para la población vulnerable durante la cuarentena del coronavirus , donde cada uno habría sido facturado a $161.225, pero, según el DANE, el costo real debería ser de aproximadamente $81.104.
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El contrato se hizo por un valor de $806 millones.
Según la Contraloría, 5.198 contratos relacionados con recursos destinados a la atención de la emergencia del COVID-19 están bajo su lupa.
El contralor Carlos Felipe Córdoba dijo, además, que han encontrado sobrecostos en productos como el atún, jabón antibacterial y hasta fríjol.
Hay “casos en los que hay gobernadores que quieren hacer contratos de publicidad y comunicaciones para el coronavirus por dos meses, cuando efectivamente tenemos hoy semejante pandemia”, dijo el funcionario. Esos contratos, agregó, son de 420 millones y terminan siendo por 1.000 millones.
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“Cualquier bandido que quiera quedarse con la plata de los colombianos irá a la cárcel”, afirmó el contralor general.
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