Con una reunión arrancó la discusión del salario mínimo para el próximo año . En la mesa se sentaron el Gobierno, las centrales obreras y los gremios. Aunque la reunión se extendió por tres horas, aún no hay un punto de partida claro para las discusiones.
“A Colombia lo que le decimos es que con toda la responsabilidad y toda la rigurosidad que nos ha caracterizado estaremos trabajando para que estas cifras sean las más convenientes para los colombianos”, indicó Gloria Inés Ramírez, ministra de Trabajo.
Las partes se fueron con una tarea: definir por cuál metodología se inclinarán para establecer el incremento. Hay tres opciones: OCDE, Conference board y La-klems.
“Tres metodologías, tres nuevas propuestas. Hay unas innovaciones y eso es lo que estamos debatiendo, y ya mañana nos quedaremos claramente en la cifra que ustedes están esperando con tanto anhelo”, indicó Ramírez.
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El porcentaje, de acuerdo a las primeras puntadas, apunta a un incremento que puede ser entre o el 12 y el 15%, pero en el momento todo es incierto y hay preocupaciones.
“Un incremento del salario mínimo superior a la inflación generará brechas entre el mercado formal e informal de trabajo, porque será más costoso contratar mano de obra y seguramente hará más difícil disminuir la informalidad laboral”, dice María Claudia Lacouture, presidenta de Aliadas.
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Lo cierto es que el salario mínimo por ley tiene una base que se debe respetar.
“El aumento al salario mínimo por ley no puede estar por debajo del nivel del IPC, entonces hay que entender que estamos en un contexto de alta inflación que va a tener una incidencia y una implicación en esa negociación”, dice el economista Gregorio Gandini.
Por ahora se espera que el 9 de diciembre ya se conozcan formalmente las propuestas de incremento de todas las partes.