¿Sabría usted explicar de dónde proviene el dinero y qué respaldo tiene? ¿O podría decirme qué es eso de la renta fija? ¿Cómo funcionan las tarjetas de crédito? ¿O por qué es mala idea tener el dinero debajo del colchón?
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A decir verdad, no todos los colombianos en uso de razón podrían dar una respuesta rápida y clara a esas preguntas, que en sí mismas no son complejas. Pero si nos suenan difíciles es porque, justamente, demuestran la poca educación financiera que tenemos la mayoría de los habitantes.
Y las consecuencias de esa 'ignorancia financiera' son aún más claras: la mayoría de personas no sabemos administrar el dinero de manera inteligente y eficiente. Gastamos más de lo que ganamos; nos endeudamos en exceso, no ahorramos, mucho menos invertimos, y andamos 'al día', rogando que llegue pronto la quincena, la cual generalmente ya la debemos cuando nos la consignan.
Las cifras de la CAF y de la misma Asobancaria respaldan ese crudo panorama:
- 63% de los colombianos no ahorran.
- Apenas 37% ahorran.
- Entre quienes sí ahorran, 77% guardan su dinero en efectivo y en la casa.
- En cuentas de ahorro ahorran 45%
- Ahorran entregando el dinero a un familiar: 32%
- Ahorran a través de grupos informales: 21%
- Ahorran comprando inmuebles, ganado u otros bienes: 9%
A pesar de que el dinero está presente desde que nacemos hasta que morimos, y aunque es una preocupación cotidiana porque todo se mueve y se hace con dinero, ni en las familias ni en los colegios se nos enseña suficiente ni adecuadamente sobre este tema. Al menos hasta ahora, cuando por fin está tomando forma el programa de educación financiera que impulsa la alianza del sector financiero y el Gobierno.
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La misma OCDE, ese club de países con buenas prácticas al cual ahora pertenece Colombia, viene recomendando la promoción de la educación financiera en los colegios, incluyéndola como materia permanente o cátedra sistemática inclusive para los niños de corta edad, a fin de que crezcan con conocimientos y habilidades para construir un comportamiento financiero responsable.
Según Asobancaria, "en esta etapa los niños, niñas y jóvenes están preparados para absorber, recordar y aplicar el conocimiento que reciben en las aulas. Adquiriendo este tipo de conocimiento pueden además convertirse en agentes de cambio frente a las decisiones financieras de sus hogares".
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Para poder implementar este tipo de programas, la OCDE sugiere integrarlo como una estrategia nacional, tener un enfoque flexible y adaptable a diferentes realidades regionales y locales, garantizar la sostenibilidad y credibilidad de este programa, y establecer algún método para evaluar el progreso e impacto.
Frente a estos retos, Asobancaria, Fasecolda y el Ministerio de Educación impulsan el sistema 'Nueva Pangea' , una estrategia lúdica que facilita el fortalecimiento de habilidades y conocimientos básicos financieros para gestionar el riesgo, orientado a la formación de competencias mediante la generación de experiencias pedagógicas transversales al currículo escolar.
Como balance inicial, el año pasado se adelantó la elaboración de los materiales digitales e impresos para la realización del piloto de 'Nueva Pangea', el cual se materializó en octubre, impactando a más de mil estudiantes de diferentes zonas del país. Para este año, se espera implementar a nivel nacional este programa, junto a un estudio de medición de impacto.
Según el gremio bancario, “se van a seguir destinando grandes esfuerzos y recursos para poder cumplir la meta, sin olvidar que este propósito solo será posible si el Ministerio de Educación Nacional, las entidades de gobierno responsables y el sector privado en su conjunto duplican sus esfuerzos al respecto”.
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