El aumento del salario mínimo 2022 del 10,07%, que beneficia a cerca de 3,6 millones de ciudadanos, tiene preocupados a muchos empresarios porque aseguran que se elevarán los costos laborales adicionales que asumen como empleadores.
El peso económico recaería en las pequeñas y medianas empresas, que son las que tienen la mayor cantidad de trabajadores con salario mínimo en el país.
El reajuste salarial para 2022 encarecerá rubros como las primas, cesantías, vacaciones, horas extras y pagos a seguridad social, entre otros.
“Lo que recibe el empleado es un millón de pesos menos los descuentos de seguridad social, pero lo que le cuesta al empleador es 1,5 veces el salario fijado en esta ocasión”, explica Luis Fernando Mejía, director de Fedesarrollo.
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Es decir, en palabras de Jaime Alberto Cabal, presidente de Fenalco, “se tendrán que cubrir asuntos parafiscales, contribuciones y prestaciones sociales que suman alrededor de 1.700.000 pesos por empleado; adicionalmente, si hay recargos dominicales, festivos o nocturnos, como suele ocurrir en el comercio, el esfuerzo es mayor”.
Es por eso que las pymes le piden al gobierno otras ayudas para compensar esos gastos.
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“Que se asuman protecciones arancelarias para que la producción nacional sea la que reciba el consumo generado por la capacidad de pago de los colombianos a partir de este incremento del salario mínimo”, sugiere María Alejandra Osorio, directora de Acopi Bogotá.
Factores económicos como el alza del dólar también pueden incidir en la reducción de la capacidad adquisitiva de los asalariados.
Pero la noticia del aumento del salario mínimo 2022 no significa algo para los campesinos de Colombia. Por ejemplo, en Boyacá, se trabaja por un jornal que, en el mejor de los casos, llega a los 35 mil pesos diarios.
Severo Martínez, quien lleva 50 años laborando en el agro, afirma que "toca trabajar así de todas maneras" mientras sigue "rezando para que Dios me dé mi salud, para poder rebuscar mi campo, trabajar y salir a luchar, esa es mi entrevista mía y esa es mi historia".
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Los campesinos de las tierras boyacenses trabajan desde las siete de la mañana hasta las cinco de la tarde, pero hay semanas que no consigue empleo.
Por eso se preguntan hasta cuándo tendrán que trabajar por un jornal que no llega al salario mínimo y sin seguridad social.
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