En el Congreso fue radicada el proyercto de la reforma tributaria para segundo debate. Esta ponencia definitiva no tuvo mayores cambios, pero sí algunos ajustes en relación con lo aprobado en el primer debate. Lo primero es que el monto de recaudo disminuyó de 25 billones a 20 billones de pesos.
En el caso de las personas naturales, el impuesto de renta se mantiene igual, es decir, todos los ingresos quedan en una misma bolsa y se gravarán con un impuesto del 0 al 39%.
A este impuesto solo se le podrá deducir un 40%, con un valor máximo de $56.832.080. Además, podrá tener una deducción hasta por cuatro personas dependientes, por cada una puede deducir $3.053.664 y por compra de bienes y servicios podrá deducir hasta $10.178.118.
Por dividendos, las personas naturales pagarán máximo 20% de impuesto y por patrimonio, mientras que por ganancias ocasionales, el impuesto será del 15%, excepto por los juegos de azar que pagarán 20%.
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Entretanto, una de las grandes controversias en la reforma tributaria es el impuesto a bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados. La propuesta dice que los alimentos que se graven con este impuesto son aquellos con adición de sodio, grasas saturadas y azúcares en sus procesos de producción, transformación y venta. Entre esos productos están: embutidos, artículos de confitería sin cacao, chocolate, pastas, hostias, obleas para sellar, entre otros. Sin embargo, solo se cobrará a los establecimientos que vendan más de 35 millones mensuales en estos artículos.
Otro de los puntos más polémicos de este impuesto es el del pan. Según la reforma, se gravarán productos de panadería, pastelería y galletería.
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Cabe recordar que el impuesto a las pensiones se retiró de la reforma.
En el caso de las empresas la sobretasa al sector financiero será del 5%, quedando en el 40%. El resto de las empresas del país pagarían una tarifa del 35%.
En este sector financiero solo estaban los bancos, pero ahora se incluyeron a todas las entidades, como compañías de seguros, fiduciarias y demás. De estos cinco puntos adicionales de renta, tres serán destinados para vías terciarias.
También habrá un aumento de tres puntos en la sobretasa para las hidroeléctricas, es decir, pagarían el 38% de renta.
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En las zonas francas, si las empresas logran cumplir un tope de exportaciones, pagarían solo el 20% del impuesto de renta, pero si no lo logran ese tope, pagan la tarifa del 35%, es decir la tarifa general. En este punto se exceptúan las refinerías y puertos de exportación.
Asimismo, hay una eliminación del descuento del 50% del impuesto de industria y comercio. Se limita al 5% en el monto total de rentas exentas para empresas, con excepción de donaciones a entidades sin ánimo de lucro.
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En este capítulo de empresas, dentro de la ponencia el sector de los hidrocarburos es el mayor responsable del recaudo de la tributaria.
En la ponencia se elimina el Cert (incentivo tributario para mantener inversiones en exploración y producción de petróleo y gas).
Además, no se les permite a estas empresas deducir del impuesto de renta las regalías que le entregan al gobierno en efectivo y cuando el pago es en especie, es decir, con barriles de petróleo o con minerales, solo se les permitirá deducir el costo de producir esos productos que entregaron. Unido a todo esto se le incrementa la sobretasa a las empresas de petróleo entre el 5 y el 15%, dependiendo de los precios del crudo en los últimos tres años y para el carbón sería del 5 al 10%.
Finalmente, en este proyecto de reforma tributaria también hay otros impuestos: ambientales, como al carbono; a las bebidas azucaradas; a plásticos de un solo uso. Además, hay cárcel y multa para evasores y un capítulo completo que habla de la lucha contra la elusión y evasión de impuestos.
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