Reclusos de todas las partes del país, condenados por diferentes delitos, llegan a la colonia agrícola de mínima seguridad en Acacias, Meta.
Son seis campamentos y trece proyectos productivos en los que se sumergen en una experiencia resocializadora. Diariamente, y desde muy temprano, estos hombres salen a trabajar la tierra.
Actualmente la colonia tiene un total de 970 reclusos de los cuales 150 están trabajando los proyectos productivos y cada seis meses esos internos van rotando por los diferentes sistemas.
Todos estos hombres privados de la libertad tienen en común más que un pasado delictivo, pues están convencidos de que el trabajo en el campo es enriquecedor.
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