El 100% de este dinero extra deberá ser redistribuido en la cadena de servicios, es decir, cajeros, meseros y personal del aseo. Nunca a los dueños.
Lorena Mata era cajera en un reconocido bar. Se dio cuenta cómo quincenalmente entraban cerca de $6 millones en propinas, pero sus jefes hacían varios descuentos por bonos, provisiones e incluso un millón de pesos que cobraba ‘por derecha’ el propietario.
"El dueño del restaurante terminaba cogiendo propina para él, él tenía reposiciones, inversión, provisiones, todo de la propina", dice Lorena.
Al final, de los $6 millones, el bar terminaba liquidando $2.245.000.
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Ante esta situación, Lorena decidió enviar un derecho de petición a la empresa, pero la única respuesta fue que eran “políticas internas”.
Dichas reglas creadas a conveniencia se acaban.
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"El restaurante que no acate esta ley, que haga mal uso de la destinación de las propinas, va a ser sancionado por la Superintendencia de Industria y Comercio hasta por $2.300 millones y si no acata esta ley cerrarán el establecimiento de comercio", explica Efraín Torres, autor del proyecto, aprobado en las últimas horas por el Congreso de la República.
La iniciativa, a la que le resta la sanción presidencial, beneficiaría con un ingreso adicional promedio de $300.000 a toda la cadena de servicios de restaurantes y bares en el país.
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