No crea en mitos y apoye lo nacional: tapabocas cosidos son tan buenos como los termosellados

Desde pequeños fabricantes hasta madres emprendedoras se ven afectados porque muchos clientes buscan aquellos utensilios que son importados.

Ángela García es una costurera afectada por la cuarentena. Decidió reinventar su negocio apostándole a la fabricación de tapabocas, pero lamenta que no haya clientes: “se tienen falsas ideas de que el tapabocas cosido no protege igual, pero es mentira, realmente el tapabocas cosido es lo mismo que un tapabocas termosellado".

Algo similar le ocurre a Martha Liliana Sánchez, del grupo empresarial MLS. Ella defiende su producto: “este tapabocas cumple mejores funciones que el que están importando porque no se revienta".

Por su parte, Ingrid Aguilar, del mismo grupo, explica que este tapabocas “tiene la misma protección, tiene las dos capas y el filtro. A pesar de no ser termosellado acá, tiene la misma seguridad de los importados”.

Muchos fabricantes se están quedando con las cajas llenas, pues no encuentran clientes que les compren. “Toda la producción queda frenada para la venta porque la gente lo está pidiendo ahora termosellado", señaló un trabajador.

El apoyo por parte de entidades públicas tampoco se ve, aseguran ellos. “En la ficha técnica cometieron un error, todo termosellado, y el único que cumple todo termosellado es el importado porque el producto nacional es termosellado y cosido a máquina".

A este problema se suma la especulación de precio en las telas quirúrgicas y el poco pago que reciben las personas que trabajan bajo la modalidad satélite, a quienes les pagan entre $200 y $300 por cada tapabocas que realicen.

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