El 14 de febrero se ha convertido cada año en una de las fechas más esperadas por millones de trabajadores. Ese día, por ley, los empleadores deben consignar en los fondos de cesantías el pago de esta prestación laboral. Y, por supuesto, todo lo que signifique dinero a favor de una persona genera alegría y pensamientos inmediatos sobre cómo disfrutarlo.
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Pero las cesantías tienen un propósito original muy claro: es un ahorro para cuando el trabajador quede cesante, y pueda sobrevivir con ese dinero mientras consigue otro empleo. Ahora bien, la ley permite sacar parte de ese dinero de forma anticipada, siempre y cuando sea para destinarlo a compra o mejoras de su vivienda, pago de educación superior o para compensar una reducción de ingresos que haya tenido, como consecuencia de la pandemia actual.
Sin embargo, hay falsas creencias que llevan a que la gente no quiera dejar sus cesantías en el fondo donde se las consignan o que, por el contrario, no las pida cuando sí las necesita porque no tiene claro en qué las puede usar.
Ante este panorama, el fondo de cesantías Protección se refiere a los mitos más comunes y aclara las dudas:
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- Las cesantías son un dinero extra
En realidad, no están concebidas como un salario adicional (como sucede con la prima), sino que son un ahorro para cuando finalice el contrato laboral. Y aunque se pueden hacer retiros para las causales mencionadas anteriormente, el trabajador debe demostrar ante su empleador y su fondo de cesantías que las usará para esos propósitos autorizados. Un engaño podría generarle sanciones en la empresa, incluyendo el despido con justa causa.
- Las cesantías no se pueden usar para cursar estudios en el extranjero
Sí se puede, pero a la hora de pedir el retiro el trabajador debe demostrar con certificados que la institución es técnica profesional, institución universitaria, escuela tecnológica o universidad.
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- Dejar las cesantías en el fondo no genera rendimientos
Sí los genera, y esto se debe a que cada fondo de cesantías tiene expertos que deciden en qué tipo de mercados o instrumentos deben invertir el dinero de sus afiliados, a fin de que generen mejor rentabilidad. Inclusive, cada afiliado puede escoger si sus cesantías deben invertirse en un portafolio de largo plazo o en uno de corto plazo, los cuales pueden generar mayor o menor rentabilidad.
- Las cesantías no se heredan
Es falso, ya que las cesantías son propiedad del trabajador. Si muere, como todos sus demás bienes, harán parte de un proceso para que pasen a sus legítimos herederos o beneficiarios.
- Retirar las cesantías es engorroso
No lo es, al punto que hoy día se puede hacer ese trámite totalmente de manera virtual, gracias a las tecnologías dispuestas por las AFP como Protección.
- En época de volatilidad en los mercados es mejor sacar todas las cesantías
Aunque la volatilidad sí puede afectar la rentabilidad, los expertos dicen que no es recomendable sacar ningún ahorro o inversión en momentos de nerviosismo de los mercados. Por eso, es aconsejable dejar esos recursos a largo plazo, para evitar un fuerte impacto en los momentos de mayor volatilidad.
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- La rentabilidad y los intereses de las cesantías son lo mismo
No. La rentabilidad responde a la gestión de inversiones que hacen los equipos de expertos de cada AFP, mientras que los intereses de cesantías son un beneficio que reciben los trabajadores en su cuenta de nómina, de manos de su empleador, a finales de enero. Corresponden al 12% del valor de las cesantías generadas en el año anterior (es decir, las que le van a consignar en su fondo de cesantías el siguiente 14 de febrero).
Por todo esto, lo mejor es que cada trabajador deje sus cesantías el mayor tiempo posible en su fondo, para que rente más. Que piense bien si al hacer retiros parciales realmente las necesita para los fines permitidos. Además, que reflexione sobre la necesidad de dejar un colchón para cuando, por alguna razón, se acabe su contrato laboral.
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