Las empresas del Grupo Empresarial Antioqueño están en el centro de una fuerte polémica. Por un lado, el exvicepresidente Germán Vargas Lleras hizo fuertes señalamientos contra sus directivos y, de otro, las superintendencias Financiera y de Sociedades iniciaron una investigación para ver si son o no un solo conglomerado. Argos y Sura se defendieron.
Se abrió un nuevo episodio en esa disputa entre las cabezas y accionistas del Grupo Empresarial Antioqueño (GEA) por el control de las compañías que lo conforman y el Grupo Gilinski , que a través de sus compras de acciones se ha convertido en uno de sus controladores.
Esta vez lo promueve el exvicepresidente Germán Vargas Lleras, con su columna dominical en el periódico El Tiempo que tituló ‘Las cuentas del sindicato’ y en la que hace referencia a lo que denomina abusos del grupo controlador, es decir, el GEA, el ocultamiento de contingencias, auditorías y la pérdida de valor de las acciones de esas empresas en la última década.
Hace críticas sobre familias antioqueñas que son accionistas y a su vez grandes proveedoras de esas compañías. También sobre aviones a disposición de los ejecutivos del grupo, entre ellos, un Challenger 300 de 25 millones de dólares, la bonificación de salida del expresidente de Sura David Bojanini por diez millones de dólares, que contrasta con la pérdida de valor de la compañía, y los 4.000 millones de pesos al año en remuneraciones del actual presidente de Sura, Gonzalo Pérez.
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También se pregunta por la inversión de Cementos Argos en los Estados Unidos por 3.000 millones de dólares en los últimos 15 años, cuando hoy, dice Vargas, la empresa vale 1.200 millones de dólares.
Pero el Grupo Argos, parte del entramado de empresas del GEA, le respondió a Vargas Lleras diciéndole que lamenta los ataques, lesivos al buen nombre y reputación del grupo, con el fin de favorecer intereses particulares: lo que muchos entienden como una referencia al Grupo Gilinski.
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Punto por punto, Argos responde. Sobre la auditoría, dice, fue el Grupo Gilinksi el que decidió retirarla. Dos, que Argos sí ha dado valor a la compañía.
Tres, sobre la compensación, Argos dice que lo hace bajos los parámetros fijados por la firma Korn Ferry y que corresponde a beneficios de una compañía de ese tamaño y para retener el talento.
Cuatro, sobre los aviones, dice que no tiene, que usa los de la empresa Interejecutiva de Aviación, de la que es socio en un 25%.
Otro capítulo es el de la indagación de la Supersociedades y la Superfinanciera al GEA por la figura del llamado enroque o cruce accionario. Lo que se busca investigar aquí es, si al final de cuentas, Grupo Sura, Grupo Nutresa y Grupo Argos son empresas individuales o si hacen parte de un solo conglomerado.
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De ser esto último, podrían ordenarse cambios en su forma de gobierno, de operación y de reporte de información.
Por su parte, Gonzalo Pérez, presidente del Grupo Sura, publicó una carta dirigida a sus empleados en la que afirma que el grupo tiene la tranquilidad de haber actuado históricamente apegados a las normas, las instituciones y sus principios corporativos de transparencia y que Sura es un grupo empresarial independiente y no conforma un conglomerado ni con Argos ni con Nutresa.
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Eso es lo que dice Sura. Habrá que esperar qué concluyen las superintendencias.