
La industria alimenticia colombiana está de luto por la muerte de Aníbal Roa Villamil, cofundador de Molinos Roa, organización que hoy se conoce como Roa Florhuila. El hombre que revolucionóla industria del arroz murió este sábado 19 de abril, a los 90 años, en la ciudad de Neiva.
Desde la década de los 60, con su espíritu visionario, decidió empezar la implementación de lo que sería un antes y un después en la industria arrocera en el país, implementando varias plantas para en departamentos como Huila y Tolima, así como en los Llanos Orientales. Con su visión y su gestión a lo largo del país se generaron más de dos mil empleos.
Roa tenía complicaciones de salud, según dicen fuentes cercanas, que lo llevaron a ser trasladado hasta el Hospital Universitario de Neiva Hernando Moncaleano Perdomo. Era paciente oncológico y, al parecer, sufrió complicaciones cardíacas que lo llevaron a su deceso.
Esta es la historia de Aníbal Roa Villamil
Nacido en Viotá, Cundinamarca, en el seno de una familia dedicada a la producción de panela, Roa forjó desde muy joven una conexión con el campo y la agricultura. Su legado no solo transformó la industria arrocera colombiana, sino que también dejó una huella imborrable en la historia del emprendimiento en el país. "Trabajaba en una trilladora que compraba café", indicó el empresario en su última entrevista con Noticias Caracol.
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En sus primeros años incursionó en el comercio del café, mientras estudiaba en Bogotá Contaduría. "Es una industria todo el mundo le llama la atención. Tras el negocio del café nos vinimos para el Huila", añadió.
Pero pronto el destino lo llevaría a descubrir una nueva pasión: el arroz. Al ver el potencial de un producto de consumo continuo durante todo el año, decidieron adentrarse en el negocio y fundaron la empresa que cambiaría sus vidas en 1967. Los hermanos Roa iniciaron la construcción de su primer molino en la vía entre Neiva y Campo Alegre, con una capacidad de trilla de 35 bultos por hora.

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"En el asunto del café, llega la cosecha, pasa la cosecha y no hay nada que hacer. Entonces vimos el asunto del arroz, que hay en toda época de daño y nos llamó la atención. Tomamos unos molinos aquí en arriendo", contó el señor Roa.
El pequeño molino fue el inicio de lo que hoy es una de las empresas más importantes del sector agroindustrial colombiano. Aníbal Roa fue un hombre que a lo largo de su vida siempre destacó la importancia de la familia en su proyecto empresarial.
A lo largo de las décadas, la organización Roaforila no solo consolidó su posición como un líder del mercado, sino que también se diversificó con molinos en varias regiones del país. Roa logró que su empresa fuera un referente de calidad y compromiso. En los últimos años, la compañía ha sido dirigida por sus hijos, y el empresario ha dejado claro que su propósito es que ellos continúen con el legado.
"Tengo tres hijos, tres varones, estudiaron y tiene. sus negocios, pero están pendientes de la empresa, porque si no la cuidan, si no la saben administrar, se tiene que acabar", indicó el memorable empresario colombiano en su última entrevista con este noticiero.
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