El drama de quienes no ejercen lo que estudiaron por falta de oportunidades

Haydeé Gerena Rodríguez asegura que se graduó de una carrera del área de la informática en 1994, cuando tenía 28 años, pero un traspié económico de la empresa para la que laboraba terminó dejándola sin empleo y ahora trabaja como vendedora informal por falta de oportunidades.

“Trabajé dos años en una empresa, se acabó y de ahí para acá no pude volver a encontrar trabajo. Las empresas le piden a uno de 18 a 25 años (de edad), cuando terminé mi carrera tenía 28 años, por la edad no pude”, contó.

Son cientos las historias de personas que como ella no pueden ejercer la labor para la que se prepararon.

Otro problema es el desfase entre la formación y las oportunidades laborales, que llega también al nivel profesional.

Mientras que muchos jóvenes no están estudiando las carreras que más futuro tienen, otros están recibiendo en las universidades programas desactualizados con el mundo real.

Estudiar una carrera no basta en términos laborales, porque además hay que estudiar lo que las empresas están buscando. Más aun cuando la competencia es alta.

Adicionalmente, muchas universidades aportan al problema, pues no tiene actualizados sus programas de formación, o no evolucionan al ritmo de lo que requieren los empleadores.

“Las competencias que se requieren muchas veces en las empresas no responden o no son identificadas en el mundo académico”, opinó Nicolás Corredor, gerente de comunicaciones y sostenibilidad de la empresa Adecco, experta en procesos de selección de personal.

El decano de Matemáticas e Ingenierías de la Universidad Konrad Lorenz, en Bogotá, indicó: “Muchas de las carreras en Colombia y en todo el mundo siguen enseñando contenidos, temas, es decir cosas que se pueden encontrar en internet o en un libro, cosas que además van a ser obsoletas en muy poco tiempo”.

Los especialistas destacan que las carreras que tengan matemáticas, tecnología, medicina o psicología siempre serán necesarias y tienen futuro laboral.

Lo aconsejable es permitir que los jóvenes exploren y se pregunten: ¿qué va a necesitar la sociedad en 5 o 10 años?, ¿qué tengo que estudiar hoy para aportar efectivamente en eso?, ¿cuáles son esas áreas en las que tendré más oportunidades?

Las universidades y las empresas también buscan reinventarse y hoy le apuntan a programas más novedosos que se ajusten al crecimiento personal de los jóvenes para incentivarlos al estudio y abrirles campo en el mundo laboral.