El panorama del salario mínimo en todo el mundo, especialmente en América Latina, se encuentra en constante movimiento, con ajustes que impactan directamente en la economía y en la calidad de vida de millones de trabajadores. Cada inicio de año trae consigo un reajuste en varios países de la región, lo que genera expectativas y debates sobre la equidad y el bienestar laboral.
Para Statista, un portal de estadística alemán, uno de los países que ha experimentado un notable incremento es México, donde el salario mínimo ha aumentado un 20% por segundo año consecutivo, según las estimaciones de Bloomberg Línea. Este ajuste busca mejorar las condiciones económicas de los trabajadores y brindar un mayor nivel de ingresos para hacer frente a los desafíos del día a día, de acuerdo con el gobierno.
Por su parte, Brasil también ha seguido esta tendencia al aumentar su salario mínimo en un 6,97%, alcanzando los 1.412 reales. Sin embargo, a pesar de este incremento, el ingreso mínimo legal en Brasil sigue siendo uno de los más bajos de la región, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad adquisitiva de los trabajadores y su calidad de vida.
En un análisis más amplio, se observa que Costa Rica liderando la lista con el salario mínimo más alto de la región, superando los 687 dólares por mes en enero de 2024. Le siguen países como Uruguay con un salario mínimo de más de 22.268 pesos uruguayos (570 dólares mensuales) y Chile con 460.000 pesos chilenos (521 dólares por mes), que también garantizan un nivel de ingresos relativamente alto para sus trabajadores.
En cuanto a Colombia, el salario mínimo se sitúa en 1.300.000 pesos, lo que equivale a unos 335 dólares, mientras que en Argentina, la conversión del salario mínimo de 156.000 pesos argentinos a dólares arroja aproximadamente 152 dólares.
No obstante, es importante tener en cuenta que estas cifras se basan en valores nominales y no tienen en cuenta el poder adquisitivo ni el costo de vida en cada país. Por lo tanto, la comparación puede resultar injusta en algunos casos, señalan expertos. Un ejemplo destacado es Venezuela, donde el salario mínimo de 130 bolívares fuertes apenas equivale a unos pocos dólares, evidenciando una brecha significativa con el resto de la región.
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