El recibo de la luz es uno de los gastos más importantes que tienen los hogares y empresas, y que puede variar según el consumo de energía que se realice. Existen algunas técnicas que pueden ayudar a reducir el costo de la factura hasta en un 30% sin tener que renunciar a la comodidad o a la productividad.
Trucos para ahorrar un 30% en el recibo de la luz
1. Adoptar hábitos de consumo responsable y eficiente de la energía, como apagar las luces y los aparatos eléctricos que no se estén usando, regular el termostato del aire acondicionado o la calefacción -en caso de que tenga-, aprovechar la luz natural, usar sensores de movimiento o temporizadores, entre otros.
2. Reemplazar los equipos y electrodomésticos antiguos o de alto consumo por otros más modernos y eficientes, que tengan el sello de calidad energética o el distintivo Energy Star.
Estos equipos pueden ahorrar hasta un 50% de electricidad, lo que se refleja en el recibo de la luz.
3. Instalar sistemas de generación de energía renovable, como paneles solares o turbinas eólicas, que permiten producir parte o toda la electricidad que se consume, reduciendo la dependencia de la red eléctrica y el costo del recibo de la luz.
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Además, se puede vender el excedente de energía a la red y obtener ingresos adicionales, y revisar periódicamente el recibo de la luz para verificar que no haya errores o cobros indebidos.
Aplicando estas técnicas se puede lograr un ahorro significativo en el recibo de la luz, que puede llegar hasta el 30% o más, dependiendo del caso. Así, se contribuye al cuidado del medio ambiente, al desarrollo sostenible y al bienestar económico.
¿Qué electrodomésticos debería desconectar en las noches?
Televisores, reproductores de DVD, consolas de videojuegos y otros dispositivos de entretenimiento. Estos aparatos siguen consumiendo energía, aunque estén apagados o en modo de espera, debido a la luz indicadora o al transformador interno.
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Computadores, cargadores de dispositivos electrónicos y baterías recargables. Estos dispositivos también consumen energía cuando no se están usando y pueden dañarse si se dejan conectados por mucho tiempo.
Cafeteras, hervidores de agua, microondas, tostadoras y otros electrodomésticos de cocina. Estos aparatos pueden permanecer conectados sin usarse casi todo el día y pueden generar un riesgo de incendio si se sobrecalientan.
Impresoras, escáneres y otros equipos de oficina. Estos equipos también consumen energía en modo de espera, y pueden afectar el rendimiento de la red eléctrica si se dejan conectados.